Wednesday, December 29, 2010

El principal estímulo a nuestros esfuerzos

Fue tan impactante el reportaje gráfico de la periodista Gladys Rubio sobre la epidemia de cólera en Haití, publicado en la “Mesa Redonda” de ayer, que decidí posponer para hoy miércoles la Reflexión que anuncié el lunes. La misma se proponía analizar, desde otro ángulo, el dramático golpe que significó para el pueblo haitiano el terremoto del 12 de enero de este año, al que siguió, en menos de 10 meses, una epidemia generalizada de cólera y un huracán.
Tales hechos tenían lugar en un país que había sido víctima de los conquistadores, del colonialismo y la esclavitud. Su población autóctona había sido eliminada por la conquista y la búsqueda forzosa de oro.
La nación haitiana tiene como raíz los cientos de miles de seres humanos arrancados de África por los comerciantes europeos de esclavos, y vendidos a los agricultores esclavistas de Haití para producir café, azúcar y otras mercancías tropicales con las cuales suministrar los emergentes mercados capitalistas.
El pueblo de Haití protagonizó, en los primeros años del siglo XIX, la primera revolución social en la historia de este hemisferio; fue fuente de inspiración y punto de apoyo en armas para los que llevaron a cabo la proeza de liberar Suramérica del dominio español.
Nuestra solidaridad con el pueblo de Haití tiene doble raíz: nace de nuestras ideas, pero también de nuestra historia.
Después de la revolución social que allí tuvo lugar, el colonialismo español convirtió a Cuba, donde también incontables africanos habían sido arrancados del África y vendidos como esclavos, en la principal suministradora de café, azúcar y otros productos tropicales.
Como consecuencia de ese proceso, cuando las colonias españolas de Sur y Centroamérica se independizaron en cruenta y heroica lucha, la colonia cubana aportaba a la metrópoli española más ingresos netos que el conjunto de aquellos países antes de que los mismos se independizaran, un hecho que influyó decisivamente en el destino de nuestra Patria a lo largo de casi dos siglos que transcurrieron posteriormente.
Hace dos días explicaba cómo surgió la cooperación médica con Haití, la cual nos llevó a la formación de cientos de jóvenes médicos de ese hermano país y al envío de una fuerza de profesionales cubanos de la salud. No se trata de algo que surgiera por azar.
Tampoco nos sorprenden los esfuerzos de Estados Unidos y Europa por desinformar, ocultar y mentir sobre los móviles de la conducta de Cuba.
Un conocido periódico británico, The Independent, con incuestionable prestigio en los medios liberales de Gran Bretaña -aunque no disfruta el privilegio que Wikileaks concedió a The Guardian y otros cuatro conocidos órganos de prensa, que consultaron con Washington los puntos más sensibles de la información recibida- publicó, hace tres días, un atrevido artículo de la periodista Nina Lakhani, titulado “Médicos cubanos en Haití ponen al mundo avergonzado”. Es el asunto que deseaba analizar, por la osadía con que llama a las cosas por su nombre en ese tema, aunque ello no implica que comparta cada una de sus apreciaciones sobre las motivaciones que determinaron nuestra conducta. Lo explicaré usando el texto de la traducción y de forma tan sintética como sea posible.
“Son los verdaderos héroes -dice- del desastre del terremoto de Haití, la catástrofe humana a las puertas de Estados Unidos frente a la cual Barack Obama prometió una monumental misión humanitaria de los EE.UU para aliviarla. Sin embargo, los héroes de los que hablamos son ciudadanos del archi-enemigo de los Estados Unidos, Cuba, cuyos médicos y enfermeras han hecho que los esfuerzos de Estados Unidos sean motivo de sonrojo.
“Una brigada médica de 1 200 cubanos está funcionando en todo Haití, devastado por el terremoto e infectado por el cólera, como parte de la misión médica internacional de Fidel Castro, que ha ganado al Estado socialista muchos amigos, pero poco reconocimiento internacional.”
“…los organismos de ayuda internacional estaban solos en la lucha contra la devastación que mató a
250 000 personas y había dejado sin hogar a cerca de
1,5 millones. [...] profesionales de la salud cubanos han estado en Haití desde 1998, [...] en medio de la fanfarria y la publicidad en torno a la llegada de la ayuda de los Estados Unidos y el Reino Unido, centenares de nuevos médicos, enfermeras y terapeutas cubanos llegaron sin que nadie los mencionara apenas…”
“Estadísticas publicadas la semana pasada muestran que los médicos cubanos, trabajando en 40 centros a través de Haití, han tratado más de 30 000 pacientes de cólera desde octubre. Son el mayor contingente extranjero, tratando alrededor del 40 por ciento de todos los pacientes de cólera. Otro lote de médicos de la Brigada cubana ‘Henry Reeve’, un equipo de especialistas para desastres y emergencias, llegó recientemente cuando se hizo evidente que Haití estaba luchando por hacer frente a la epidemia que ya ha matado a cientos.”
“…Cuba ha formado a 550 médicos haitianos gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), una de las más radicales iniciativas médicas del país. Otros 400 actualmente están siendo preparados en la escuela, que ofrece educación gratuita -incluyendo libros gratis y un poco de dinero de gasto- a cualquiera lo suficientemente calificado, que no pueda permitirse estudiar medicina en su propio país.
“John Kirk es un profesor de estudios de América Latina en la Universidad de Dalhousie, en Canadá, que investiga sobre los equipos médicos internacionales de Cuba. Él dijo: ‘la contribución de Cuba en Haití es como el secreto más grande del mundo. Son apenas mencionados, a pesar de que están haciendo mucho del trabajo pesado’.
“Esta tradición se remonta a 1960, cuando Cuba envió a un puñado de médicos a Chile, golpeado por un fuerte terremoto, seguido por un equipo de 50 a Argelia en 1963. Esto fue cuatro años después de la revolución, que vio a casi la mitad de los 7 000 médicos del país [...] partir para los Estados Unidos.”
“…El programa más conocido es la Operación Milagro, que comenzó con oftalmólogos tratando a enfermos de cataratas en empobrecidos pueblos venezolanos a cambio de petróleo. Esta iniciativa ha restaurado la visión de 1,8 millones de personas en
35 países, incluido la de Mario Terán, el sargento boliviano que mató a Che Guevara en 1967.
“La Brigada ‘Henry Reeve’, rechazada por los estadounidenses después del huracán Katrina, fue el primer equipo en llegar a Pakistán tras el terremoto de 2005 y el último en salir seis meses más tarde.”
“…de acuerdo con el profesor Kirk. ‘…También es una obsesión de Fidel y le gana votos en las Naciones Unidas’.
“Una tercera parte de los 75 000 médicos de Cuba, junto con otros 10 000 trabajadores de la salud, están trabajando actualmente en 77 países pobres, incluyendo El Salvador, Malí y Timor Oriental. Esto deja aún en Cuba un médico por cada 220 personas, una de las tasas más elevadas del mundo, [...] uno para cada 370 en Inglaterra.
“Dondequiera que se les invita, los cubanos aplican su modelo integral centrado en la prevención, visitando familias en sus casas, monitoreando proactivamente la salud infantil y materna. Esto ha producido ‘resultados sorprendentes’ en partes del Salvador, Honduras y Guatemala, bajando las tasas de mortalidad infantil y materna, reduciendo las enfermedades infecciosas y dejando detrás a los trabajadores locales de salud mejor capacitados, de acuerdo con la investigación del profesor Kirk.
“La formación médica en Cuba dura seis años -un año más que en el Reino Unido- [...] cada graduado trabaja como un médico de familia durante tres años como mínimo.”
“Este modelo ha ayudado a Cuba para lograr algunas de las mejoras de salud más envidiables de todo el mundo, a pesar de gastar sólo 400 dólares por persona el año pasado en comparación con 3 000 en el Reino Unido y 7 500 dólares en los Estados Unidos, de acuerdo con las cifras de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo.
“La tasa de mortalidad infantil, una de las medidas más confiables de la salud de la nación, es 4,8 por 1 000 nacidos vivos, comparable con el Reino Unido y menor que los Estados Unidos. Sólo el 5 por ciento de los bebés nacen con bajo peso, un factor crucial para la salud a largo plazo…”
“Imti Choonara, un pediatra de Derby [...] que participa en talleres anuales en la tercera ciudad de Cuba, Camagüey, afirma: ‘La Salud en Cuba es fenomenal y la clave es el médico de familia, [...] se enfoca en la prevención… La ironía es que los cubanos llegaron al Reino Unido después de la Revolución para ver cómo funcionaba el NHS (Sistema Nacional de Salud). Ellos tomaron lo que vieron, lo refinaron y desarrollaron; mientras tanto, nosotros nos movemos hacia el modelo estadounidense’.
“…el embargo norteamericano [...] impide a muchas de las compañías estadounidenses comerciar con Cuba y persuade a otros países a seguir su ejemplo. El informe de 2009/10 incluye fármacos para el cáncer infantil, VIH y artritis, algunos anestésicos, así como los productos químicos necesarios para diagnosticar infecciones y preservar órganos.”
“…los cubanos están inmensamente orgullosos y apoyan su contribución en Haití y otros países pobres, encantados de estar golpeando por encima de su peso en la escena internacional…”
“La formación médica es otro ejemplo. Actualmente hay 8 281 estudiantes de más de 30 países enrolados en la ELAM, que el mes pasado celebró su aniversario 11. El Gobierno pretende inculcar un sentido de responsabilidad en los estudiantes con la esperanza de que trabajarán dentro de sus propias comunidades pobres durante al menos cinco años.
“Damien Joel Suárez, 27 años, un estudiante de segundo año de Nueva Jersey, es uno de los
171 estudiantes norteamericanos; ya se han
graduado 47. Él rechaza las acusaciones de que la ELAM es parte de la maquinaria de propaganda cubana. ‘Por supuesto, el Che es un héroe aquí, pero no estás obligado a reverenciarlo’.”
No todas las cosas que se afirman sobre Cuba son favorables. El artículo contiene igualmente críticas, varias de las cuales compartimos, y en ocasiones somos, incluso, más severos que The Independent. Se habla en él de bajos salarios y escaseces. Con independencia de nuestros errores, no se menciona el hecho de que a lo largo de más de 50 años de bloqueo, agresiones y amenazas, nuestro país ha sido obligado a invertir enormes energías, tiempo y recursos para resistir los embates del imperio más poderoso que ha existido en la historia.
No obstante, es admirable la sinceridad y claridad con que Nina Lakhani expone, y The Independent publica, ese valiente artículo sobre lo que significa para el sufrido pueblo de Haití una tragedia que en su primera etapa ha costado ya la vida de casi 3 000 víctimas, entre niños, jóvenes y adultos, muchos de los cuales sufren desnutrición y otros azotes de salud, sin que a veces dispongan de leña para hervir el agua que consumen.
Las noticias llegadas de ese hermano país informan que hasta hoy miércoles 29 otras 717 personas habían sido atendidas por la Misión Médica Cubana. No se reportan fallecidos en cinco días consecutivos. La tasa de letalidad entre los asistidos por Cuba, que ascienden ya a 48 931, se redujo a 0.55%. La cifra oficial de ciudadanos afectados por la enfermedad ascendía a 130 534, y la de fallecidos a 2 761 para una tasa de 2.1%. Se lucha para que métodos más eficientes se apliquen en todos los centros que combaten la epidemia. Los Grupos de Penetración de la Brigada “Henry Reeve” -cubanos, latinoamericanos y haitianos graduados de la ELAM- se elevan ya a 42, y pueden penetrar en cualquiera de las subcomunas más aisladas de Haití. Cuentan además con 61 unidades de atención al cólera.

El esfuerzo de nuestro país en favor de la salud humana, que comenzó desde el triunfo mismo de la Revolución, como expresa el artículo publicado por The Independent, se puede apreciar en el hecho de que el próximo año se graduarán en la República Bolivariana de Venezuela 8 000 médicos que fueron capacitados en la teoría y en la práctica con la cooperación de los especialistas cubanos de la salud. Venezuela también alcanzará niveles de salud que la ubicarán entre las primeras del mundo. Tan alentadores resultados constituyen el principal estímulo a nuestros esfuerzos.



Fidel Castro Ruz
Diciembre 29 de 2010
8 y 07 p.m.

La batalla contra el cólera

Hago un alto, entre varios análisis importantes que ocupan mi tiempo en estos días, para referirme a dos temas que deben ser conocidos por nuestro pueblo.

La ONU, instigada por Estados Unidos, creador de la pobreza y el caos en la República haitiana, había decidido enviar al territorio de Haití a sus fuerzas de ocupación, la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) que, de paso, introdujo la epidemia de cólera en ese hermano país.

El Secretario General de la OEA, por su parte, decidió nombrar a principios de 2009, como representante personal suyo en Haití a un intelectual brasileño, Ricardo Seitenfus, que entonces laboraba en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.

Seitenfus gozaba de merecido prestigio en los círculos diplomáticos y gubernamentales de la capital de Haití por la seriedad y franqueza con que abordaba los problemas. En 1993 había escrito un libro titulado: “Haití: la soberanía de los dictadores”. Ese año visitó por primera vez Haití.

Hace dos días, el pasado 25 de diciembre, las agencias de información divulgaron la noticia de que el representante especial de la OEA había sido abruptamente despedido de su cargo.

¿Qué originó la drástica medida?

Entrevistado hace varios días por el diario Le Temps, en Suiza, Seitenfus respondió a varias preguntas de ese órgano de prensa, exponiendo con sinceridad sus puntos de vista.

En apretada síntesis explicaré con palabras textuales lo ocurrido de acuerdo a la información ofrecida a través de Internet y traducido del francés.

La primera pregunta de Le Temps fue:

“Diez mil cascos azules en Haití, ¿a su juicio, es una presencia contraproducente?”

Respuesta de Ricardo Seitenfus:

“El sistema de prevención de los litigios en el marco del sistema de la ONU no se adapta al contexto haitiano. Haití no es una amenaza internacional. No estamos en situación de guerra civil. [...] el Consejo de Seguridad [...] impuso los cascos azules en 2004, después de la salida del Presidente Aristide. [...] Para la ONU era cuestión de congelar el poder y de transformar a los haitianos en presos de su propia isla.”

Pregunta 2.

“¿Qué es lo que impide la normalización del caso haitiano?

“Ricardo Seitenfus: Durante doscientos años, la presencia de tropas extranjeras ha alternado con la de dictadores. La fuerza es la que define las relaciones internacionales con Haití y nunca el diálogo. El pecado original de Haití, en la escena mundial, es su liberación. Los haitianos cometieron lo inaceptable en 1804: un crimen de lesa majestad para un mundo impaciente. El Occidente era entonces un mundo colonialista, esclavista y racista que basaba su riqueza en la explotación de las tierras conquistadas. Por consiguiente, el modelo revolucionario haitiano daba miedo a las grandes potencias. Los Estados Unidos no reconocieron la independencia de Haití hasta 1865, y Francia exigió el pago de un rescate para aceptar esa liberación. Desde el principio, la independencia estaba comprometida y el desarrollo del país obstaculizado. [...] Nada se soluciona, se empeora. Quieren hacer de Haití un país capitalista, una plataforma de exportación para el mercado americano, es absurdo. [...] Existen elementos en esta sociedad que han logrado impedir que la violencia se extienda sin medida.”

Pregunta 3.

“¿No es una dejación ver en Haití una nación inasimilable, cuyo único futuro es el retorno a valores tradicionales?

“Ricardo Seitenfus: Una parte de Haití es moderna, urbana y tornada hacia el extranjero. El número de haitianos que viven fuera de su frontera se estima en
cuatro millones. Es un país abierto al mundo. [...] Más del 90% del sistema educativo y la salud están en manos privadas. El país no dispone de recursos públicos para hacer funcionar de una manera mínima un sistema oficial. [...] El problema es socioeconómico. Cuando la tasa de desempleo alcanza un 80%, desplegar una misión de estabilización es insoportable. No hay nada que estabilizar…”

Pregunta 4.

“Haití es uno de los países que recibe más ayuda del mundo, sin embargo la situación no hace más que deteriorarse desde hace veinticinco años. ¿Por qué?

“Ricardo Seitenfus: La ayuda de urgencia es eficaz; pero cuando se vuelve estructural, cuando esta sustituye al Estado en todas sus misiones, se consigue una falta de responsabilidad colectiva. [...] El sismo del 12 de enero y posteriormente la epidemia de cólera no han hecho más que acentuar este fenómeno. La comunidad internacional tiene el sentimiento de que cada día tiene que rehacer lo que terminó la víspera. [...] Tenía la esperanza que, ante la desdicha del 12 de enero, el mundo iba a comprender que se había equivocado con Haití. [...] En vez de hacer un balance, se enviaron aún más soldados. Hay que construir carreteras, elevar presas, participar en la organización del Estado, en el sistema judicial. La ONU dice que no tiene mandato para ello. Su mandato en Haití es mantener la paz del cementerio.”

Pregunta 5.

“¿Qué papel juegan las ONGs en este fracaso?

“Ricardo Seitenfus: A partir del sismo, Haití se ha convertido en una encrucijada inevitable. Para las ONGs transnacionales, Haití se ha transformado en un lugar de paso forzado. Diría incluso algo peor que eso: de formación profesional. [...] Existe una relación maléfica o perversa entre la fuerza de las ONGs y la debilidad del Estado haitiano. Algunas ONGs sólo existen debido a la desdicha haitiana.”

Pregunta 6.

“¿Qué errores se han cometido después del sismo?

“Ricardo Seitenfus: Ante la importación masiva de bienes de consumo para alimentar a las personas sin hogar, la situación de la agricultura haitiana ha empeorado. El país ofrece un campo libre a todas las experiencias humanitarias. Es inaceptable desde el punto de vista moral considerar a Haití como un laboratorio. La reconstrucción de Haití y la promesa que destacamos de los 11 mil millones de dólares despiertan codicia. [...] Los médicos haitianos que Cuba forma, [...] cerca de la mitad [...] que deberían estar en Haití [...] están trabajando hoy en los Estados Unidos, en Canadá o en Francia.”

Pregunta 7.

“Se describe sin cesar a Haití como el margen del mundo, ¿ve usted el país como un concentrado de nuestro mundo contemporáneo…?

“Ricardo Seitenfus: Es el concentrado de nuestros dramas y de los fracasos de la solidaridad internacional. No estamos a la altura del reto. La prensa mundial viene a Haití y describe el caos. [...] Para ella, Haití es uno de los peores países del mundo. Es necesario ir a la cultura haitiana, es necesario ir al terruño. [...] Nadie se toma el tiempo ni tiene el deseo de intentar comprender lo que yo llamaría el alma haitiana.”

Pregunta 8.

“¿Además del reconocimiento del fracaso, qué soluciones propone?

“Ricardo Seitenfus: En dos meses, habré terminado una misión de dos años en Haití. Para permanecer aquí, y no ser agobiado por lo que veo, tuve que crearme una serie de defensas psicológicas. Quería seguir siendo una voz independiente a pesar del peso de la organización que represento. [...] El 12 de enero aprendí que existe un potencial de solidaridad extraordinario en el mundo. Y es necesario no olvidar que, en los primeros días, fueron los haitianos los que completamente solos, con las manos vacías, intentaron salvar a sus prójimos. [...] Debemos pensar simultáneamente en ofrecer oportunidades de exportación para Haití y también proteger esta agricultura familiar que es esencial para el país. Haití es el último paraíso del Caribe aún inexplotado por el turismo, con 1 700   kilómetros de costas vírgenes [...] Hace 200 años, Haití iluminó la historia de la humanidad y la de los derechos humanos. Es necesario ahora dar una oportunidad a los haitianos de confirmar su visión.”

Se puede estar o no de acuerdo con cada una de las palabras del brasileño Ricardo Seitenfus, pero es incuestionable que dijo verdades lapidarias en sus respuestas.

Considero conveniente añadir, y también esclarecer:

Nuestro país no solo envió cientos de médicos al vecino pueblo hermano de Haití, sino también miles de ellos a otros pueblos del Tercer Mundo, particularmente en situaciones de desastres naturales, y contribuyó a la formación de decenas de miles de médicos en nuestra Patria y en el exterior.

La colaboración médica con Haití comenzó hace 12 años, el 4 de diciembre de 1998.

Cuando a finales de la década de los 90 dejó de existir la tiranía de Duvalier y los Tonton Macoutes -impuesta durante décadas por Estados Unidos- y un gobierno de elección popular asumió la dirección de Haití, Cuba envió 100 médicos para prestar servicios en ese país, y el primer contingente de jóvenes haitianos graduados de bachiller se trasladaron a Cuba para iniciar sus estudios de Medicina en 1999.

A su vez, en el año 2001, iniciamos una colaboración con la Universidad de Medicina creada por el presidente Jean Bertrand Aristide, a la que enviamos profesores que laboraban también como médicos al servicio del pueblo haitiano. Cuando los yankis promovieron un golpe de Estado, y la escuela de medicina fue convertida en cuartel por los golpistas, alrededor de 270 estudiantes de la misma se trasladaron a Cuba con los profesores y prosiguieron sus estudios en nuestra Patria.

La Misión Médica Cubana continuó, sin embargo, prestando sus servicios humanitarios en Haití, que nada tenían que ver con los problemas de carácter político internos del país, bajo la ocupación de los soldados golpistas, las tropas yankis o las fuerzas de la MINUSTAH.

En agosto de 2005, los 128 primeros alumnos haitianos de sexto año de Medicina regresaron a su país para la práctica docente de su carrera, junto a los médicos cubanos que prestaron sus servicios en Haití.

Desde el segundo semestre de 2006 hasta el segundo semestre de 2010 se han ido graduando 625 jóvenes médicos haitianos, sobre los cuales tenemos un altísimo concepto. De ellos, 213 laboran en las instituciones médicas del Gobierno de Haití; 125 en los Centros de Control Médico del Cólera o en las brigadas de penetración en las subcomunas, junto a los médicos cubanos y latinoamericanos graduados de la ELAM que combaten la epidemia del cólera; 72 trabajan en centros médicos de las ONGs y privados; 20 en los llamados “Centros Mixtos”; 41 continúan estudiando una segunda especialidad en Cuba; 27 recién graduados que ya están en Haití, pendientes de ubicación; 14 sin vínculo laboral por problemas personales como gestación y maternidad; otros cuatro cuya ubicación se desconoce, y un fallecido.

Por último, 104 laboran en el exterior, fundamentalmente en España, Estados Unidos, Canadá y Francia; uno en Suiza, y cuatro en países de América Latina. No sería correcto emitir juicio sobre cualquiera de ellos ya que su país es sumamente pobre, ha carecido de recursos y empleos, y no consta en absoluto que alguno se haya negado a servir a su país. Son valores médicos muy demandados, cuyas cunas fueron Haití y Cuba.

La cifra oficial de fallecidos por el cólera se eleva a
2 707 para una tasa de 2,1%.

Durante tres días consecutivos no ha muerto un solo enfermo de cólera entre los atendidos por la Misión Médica Cubana. La tasa de letalidad ha descendido ya a 0,57 entre los 47 537 pacientes tratados por ellos. La epidemia puede ser erradicada evitando que se convierta en endémica.

En la Mesa Redonda de mañana, a las seis de la tarde, escucharemos noticias frescas e interesantes sobre la batalla contra el cólera en Haití, y a voces con importantes noticias y autoridad sobre el tema.

Proseguiré el martes 28 con el segundo punto.



Fidel Castro Ruz

Diciembre 27 de 2010

5 y 12 p.m.

Friday, December 17, 2010

Las mentiras de Clinton

Realmente me apena tener que desmentirlo. Hoy no es más que un hombre de aspecto bonachón consagrado al legado histórico, como si la historia del imperio e incluso algo más importante: el destino de la humanidad, estuviese garantizado más allá de algunas decenas de años, sin que por Corea, Irán o cualquier otro punto conflictivo estalle una guerra nuclear.

Como se conoce, la Organización de Naciones Unidas lo designó su “enviado especial” en Haití.

Clinton -que por cierto fue Presidente de Estados Unidos después de George H. W. Bush y antes que George W. Bush- por ridículos celos políticos impidió que el expresidente Carter participara en las negociaciones migratorias con Cuba, promovió la Ley Helms-Burton y fue cómplice de las acciones de la Fundación Cubano-Americana contra nuestra Patria.

Sobre esa conducta existen sobrados testimonios, pero no por ello lo tomábamos demasiado en serio, ni éramos hostiles a sus actividades en torno a la misión que por razones obvias le asignó la ONU.

Veníamos cooperando con ese hermano país desde hacía muchos años en varios campos, especialmente en la formación de médicos y la prestación de servicios a su población, y Clinton no nos estorbaba para nada. Si le interesaba tener algún éxito, no veíamos razones para obstaculizar nuestra cooperación en tan sensible campo con Haití. Vino el inesperado terremoto que tanta muerte y destrucción causó y posteriormente la epidemia.

Hace solo dos días, una reunión que se realizó en la capital dominicana en torno a la reconstrucción de Haití vino a complicar las cosas. Alrededor de 80 personas, entre ellas varios embajadores, representando los donantes de más de 100 millones de dólares, numerosos miembros de la Fundación Clinton, del gobierno de Estados Unidos y el de Haití participaron en la misma.

Pocas personas hicieron uso de la palabra, entre ellos el embajador de Venezuela, por ser uno de los donantes más importantes, lo cual hizo brevemente, con sentidas y certeras palabras. Casi todo el tiempo lo utilizó Clinton en un encuentro que comenzó a las 5 y 30 de la tarde y terminó a las 12 de la noche. Allí estaba, como invitado de piedra, el embajador de Cuba a petición de Haití y Santo Domingo. No se le concedía derecho a decir una palabra, aunque sí ser testigo de un evento en el que no se resolvió absolutamente nada. Se suponía que proseguiría al día siguiente. Pero nada de eso ocurrió.

La reunión en República Dominicana fue una maniobra de engaño. La indignación de los haitianos estaba absolutamente justificada. El país destruido por el terremoto ocurrido hace casi un año, en realidad había sido abandonado a su suerte.

Hoy jueves 16 de diciembre un despacho de la agencia norteamericana de noticias AP, publicaba lo siguiente:

“El expresidente Bill Clinton declaró su confianza sobre el esfuerzo de reconstrucción de Haití durante una visita de un día en medio de desórdenes civiles, un mal endémico y una crisis política inextricable.

“El enviado especial de la ONU a Haití viajó al afligido país un día después que la comisión de reconstrucción interina, cuya presidencia comparte, fue obligada a sostener una reunión en la vecina República Dominicana por la violencia que estalló después de las disputadas elecciones presidenciales haitianas del 28 de noviembre.

“Clinton visitó una clínica especializada en pacientes afectados por el cólera que administra “Médicos sin Fronteras”, donde han sido tratadas 100.000 personas afectadas por la epidemia que estalló en octubre. A continuación fue a visitar la principal base de pacificación de la ONU para sostener reuniones con funcionarios haitianos e internacionales.

“En la reunión del día previo se aprobaron proyectos por unos 430 millones de dólares. Pero lo más notable fueron las expresiones de indignación por el lento ritmo de la reconstrucción y una carta enviada por frustrados miembros haitianos que afirmaban que se les marginaba de las decisiones y se quejaban de que los proyectos aprobados ‘no contribuían a la reconstrucción de Haití, ni al desarrollo a largo plazo’.”

Observen lo que según el despacho añadió después en una conferencia de prensa:

“‘Comparto su frustración…’.”

“…cientos de miles de haitianos hallarán vivienda permanente el próximo año y muchos más dejarán de vivir en tiendas y carpas de lona que han albergado a más de un millón de personas desde el terremoto del 12 de enero.

“Sin embargo esas promesas han sido hechas antes. [...] Sólo han sido entregados 897 millones de dólares de la ayuda prometida de más de 5.700 millones de dólares para el 2010-11.”

Los 897 millones de que se habla no se ven por ninguna parte.

Constituye, además, una absoluta falta de respeto a la verdad afirmar que en una clínica administrada por “Médicos sin Fronteras” han sido tratados 100 mil personas.

En una declaración a la prensa de la doctora Lea Guido, representante de la OPS-OMS en Haití, informó hoy que el número de afectados hasta el 11 de diciembre se elevaba a 104 918 personas, una cifra realmente sin precedentes que no podían ser atendidos en una clínica por “Médicos sin Fronteras”.

Es evidente, y le consta al señor Clinton, que Europa, Estados Unidos y Canadá sustraen médicos, enfermeras, rehabilitadores y otros técnicos de la salud a los países del Caribe, y carecen del personal necesario para cumplir esa tarea, salvo honrosas excepciones.

Obviamente, Clinton con sus mentiras pretende ignorar el trabajo de más de mil médicos, enfermeras y técnicos cubanos y latinoamericanos que están llevando el peso principal de la batalla para derrotar la epidemia de la única forma posible, que es penetrando hasta los más apartados rincones del país. La mitad de sus casi 10 millones de habitantes viven en las áreas rurales.

Tan elevado número de personas, en tales condiciones, no habría sido posible atenderlas sin el apoyo de la eminente latinoamericana que representa a la OPS-OMS en Cuba y Haití.

Nuestro país se ha comprometido a movilizar el personal humano necesario para cumplir esa noble tarea.

Como ella indicó: “Los recursos humanos que está enviando Cuba están dirigiéndose en estos momentos a las zonas más aisladas de esta nación. Y eso es muy oportuno.”

Ya están llegando y muy pronto estará allí el personal necesario.

En el día de ayer se atendieron por la Brigada Médica Cubana 931 pacientes, con dos fallecidos, para una tasa de letalidad ese día del 0,2%.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 16 de 2010

9 y 14 p.m.

Wednesday, December 15, 2010

El imperio en el banquillo de los acusados

Julian Assange, un hombre que hace varios meses muy pocos conocían en el mundo, está demostrando que el más poderoso imperio que ha existido en la historia podía ser desafiado.

El audaz desafío no provenía de una superpotencia rival; de un Estado con más de cien armas nucleares; de un país con cientos de millones de habitantes; de un grupo de naciones con enormes recursos naturales, de los cuales Estados Unidos no podía prescindir; o de una doctrina revolucionaria capaz de estremecer hasta los cimientos al imperio que se basa en el saqueo y la explotación del mundo.

Era solo una persona que apenas se había oído mencionar en los medios de prensa. Aunque es ya famoso, poco se conoce de él, excepto la muy publicitada imputación de relaciones amorosas con dos damas, sin la debida precaución en los tiempos del VIH. No se ha escrito todavía un libro sobre su origen, su educación, o sus ideas filosóficas y políticas.

No se conocen, incluso, las motivaciones que lo condujeron al contundente golpe que propinó al imperio. Solo se sabe que moralmente lo ha puesto de rodillas.

La agencia de noticias AFP informó hoy que el “creador de Wikileaks seguirá en prisión pese a obtener libertad bajo fianza [...] pero deberá permanecer entre rejas hasta que se resuelva la apelación presentada por Suecia, país que reclama su extradición por presuntos delitos sexuales.”

“…la abogada que representa al Estado sueco, [...] anunció su intención de apelar la decisión de liberarlo.”

“…el juez Riddle estableció como condiciones el pago de una fianza de 380.000 dólares, el uso de un brazalete electrónico y el cumplimiento de un toque de queda.”

El propio despacho informó que en caso de ser liberado “…deberá residir en una propiedad de Vaughan Smith, su amigo y presidente del Frontline Club, el club de periodistas de Londres donde Wikileaks tiene establecido desde hace semanas su cuartel general…”

Assange declaró: “‘Mis convicciones no vacilan. Me mantengo fiel a los ideales que he expresado. Si algo ha hecho este proceso, ha sido aumentar mi determinación de que estos son verdaderos y correctos’…”

El valiente y brillante cineasta norteamericano Michael Moore declaró que ha ofrecido a Wikileaks su página web, sus servidores, sus nombres de dominio y todo lo que pueda proporcionarle para “…’mantener Wikileaks vivo y próspero mientras sigue trabajando para exponer crímenes que se tramaron en secreto y se cometieron en nuestro nombre y con nuestros dólares destinados a impuestos’…”

Assange, afirmó Moore, “está sufriendo ‘un ataque tan despiadado’ [...] ‘porque ha avergonzado a quienes han ocultado la verdad’.”

“…’independientemente de que Assange sea culpable o inocente [...] tiene derecho a que se pague su fianza y a defenderse’. [...] ‘me he unido -por ello- a los cineastas Ken Loach y John Pilger y a la escritora Jemima Jan y he ofrecido dinero para la fianza’.”

La contribución de Moore se elevó a 20 mil dólares.

El barraje del gobierno norteamericano contra Wikileaks ha sido tan brutal que, según sondeos de ABC News/Washington Post, dos de cada tres estadounidenses quieren llevar a Assange ante los tribunales de Estados Unidos por haber divulgado los documentos. Nadie se ha atrevido, en cambio, a impugnar las verdades que contienen.

No se conocen detalles del plan elaborado por los estrategas de Wikileaks. Se sabe que Assange distribuyó un volumen importante de comunicaciones a cinco grandes transnacionales de la información, que en este momento poseen el monopolio de muchas noticias, algunas de ellas tan extremadamente mercenarias, reaccionarias y pro fascistas como la española PRISA y la alemana Der Spiegel, que las están utilizando para atacar a los países más revolucionarios.

La opinión mundial seguirá de cerca todo lo que ocurra en torno a Wikileaks.

Sobre el gobierno derechista sueco y la mafia guerrerista de la OTAN, que tanto gustan de invocar la libertad de prensa y los derechos humanos, caerá la responsabilidad de que se pueda conocer o no la verdad sobre la cínica política de Estados Unidos y sus aliados.

Las ideas pueden ser más poderosas que las armas nucleares.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 14 de 2010

9 y 34 p.m.

Wednesday, December 8, 2010

La MINUSTAH y la epidemia

Hace alrededor de tres semanas se publicaron noticias e imágenes de ciudadanos haitianos lanzando piedras y protestando indignados contra las fuerzas de la MINUSTAH, acusándola de haber transmitido el cólera a ese país a través de un soldado nepalés.

La primera impresión, si no se recibe información adicional, es que se trataba de un rumor nacido de la antipatía que toda fuerza de ocupación provoca.

¿Cómo podía probarse eso? Muchos de nosotros no conocíamos las características del cólera y sus formas de transmisión. A los pocos días cesaron las protestas en Haití y no se habló más del asunto.

La epidemia siguió su curso inexorable, y otros problemas, como los riesgos derivados de la contienda electoral, ocuparon nuestro tiempo.

Hoy llegaron las noticias fidedignas y creíbles de lo que realmente había ocurrido. El pueblo haitiano tenía sobradas razones para expresar su indignada protesta.

La agencia de noticias AFP informó textualmente que: “El renombrado epidemiólogo francés Renaud Piarroux dirigió el mes pasado una investigación en Haití y llegó a la conclusión de que la epidemia fue generada por una cepa importada, y se extendió desde la base nepalí” de la MINUSTAH.

Otra agencia europea, la EFE, por su parte divulgó que: “El origen de la enfermedad se encuentra en el pequeño pueblo de Mirebalais, en el centro del país, donde los soldados nepalíes asentaron su campamento, y apareció pocos días después de su llegada, lo que prueba el origen de la epidemia…”

“Hasta ahora, la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH) ha negado que la epidemia entrara de la mano de sus cascos azules.”

“…el doctor francés Renaud Piarroux, considerado uno de los principales especialistas del mundo en el estudio de la epidemia de cólera, no deja dudas del origen de la enfermedad…”

“El estudio fue encargado por París a petición de las autoridades haitianas, indicó un portavoz diplomático galo.”

“…la aparición de la enfermedad coincide con la llegada de los soldados nepalíes que, además, proceden de un país donde hay una epidemia de cólera.

“De otra forma no se explica la eclosión tan repentina y fuerte del cólera en un pequeño pueblo de pocas decenas de habitantes.

“El informe analiza también la forma de propagación del mal, ya que las aguas fecales del campamento nepalí eran drenadas al mismo río del que toman el agua los habitantes del pueblo.”

Lo más sorprendente que hizo la ONU fue, según comunicó dicha agencia, el “…envío de una misión de investigación al campamento nepalí, que concluyó que ese no podía ser el origen de la epidemia.”

Haití, en medio de la destrucción del terremoto, la epidemia y su pobreza, no puede prescindir ahora de una fuerza internacional que coopere con una nación arruinada por las intervenciones extranjeras y la explotación de las transnacionales. La ONU no solo debe cumplir el elemental deber de luchar por la reconstrucción y el desarrollo de Haití, sino también con el de movilizar los recursos necesarios para erradicar una epidemia que amenaza con extenderse a la vecina República Dominicana, el Caribe, América Latina y otros países similares de Asia y África.

¿Por qué la ONU se aferró en negar que la MINUSTAH trajo la epidemia al pueblo de Haití? No culpamos a Nepal, que fue en el pasado colonia británica, cuyos hombres fueron utilizados en sus guerras coloniales y hoy buscan empleos como soldados.

Indagamos con los médicos cubanos que hoy prestan sus servicios en Haití y nos confirmaron las noticias transmitidas por las mencionadas agencias de noticias europeas con notable precisión.

Hago una apretada síntesis de lo que nos comunicó Yamila Zayas Nápoles, especialista en medicina general integral y anestesiología, directora de una institución médica de 8 especialidades básicas y los medios diagnósticos del proyecto Cuba-Venezuela, inaugurado en octubre de 2009 en el área urbana de Mirebalais, con 86 000 habitantes, en el Departamento Norte.

El sábado 15 de octubre ingresaron 3 pacientes con síntomas diarreicos y deshidratación aguda; el domingo 16 ingresaron 4 con similares características, pero de una misma familia, y tomaron la decisión de aislarlos y comunicar a la misión lo ocurrido; el lunes 17 sorpresivamente ingresaron 28 pacientes con síntomas similares.

La Misión Médica envió con urgencia un grupo de especialistas en epidemiología que tomaron muestras de sangre, vómitos, heces fecales y datos, que se enviaron con urgencia a los laboratorios nacionales de Haití.

El 22 de octubre estos informaron que la cepa aislada correspondía a la prevaleciente en Asia y Oceanía, que es la más severa. La unidad nepalesa de los cascos azules de las Naciones Unidas está situada en las orillas del río Artibonite, que atraviesa la pequeña localidad de Méyè, donde surgió la epidemia, y Mirebalais, donde se extendió después rápidamente.

A pesar de la forma súbita en que apareció el cólera en el pequeño, pero excelente hospital al servicio de Haití, de los primeros 2 822 enfermos atendidos inicialmente en áreas aisladas del mismo, fallecieron solo 13 personas, para una tasa de letalidad del 0.5%; con posterioridad, al crearse en lugar aparte el Centro de Tratamiento del Cólera, de 3 459 enfermos, fallecieron 5 casos de pacientes muy graves, para el 0.1%.

La cifra total de enfermos de cólera en Haití ascendía hoy martes 7 de diciembre a 93 222 personas, y el índice de pacientes fallecidos alcanzaba la cifra de 2 120. Entre los atendidos por la Misión Cubana ascendía a 0.83%. El índice de fallecidos en las demás instituciones hospitalarias es de 3.2%. Con la experiencia adquirida, las medidas adecuadas y el refuerzo de la Brigada “Henry Reeve”, la Misión Médica Cubana, con el apoyo de las autoridades haitianas, se ha propuesto asistir a cualquiera de las 207 subcomunas aisladas, de modo que ningún ciudadano haitiano carezca de asistencia frente a la epidemia, y muchas miles de vidas puedan preservarse.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 7 de 2010

6 y 34 p.m.

Monday, December 6, 2010

El deber y la epidemia en Haití

El pasado viernes 3 de diciembre la ONU decidió dedicar una sesión de la Asamblea General al análisis de la epidemia de cólera en ese hermano país. La noticia de esa decisión era esperanzadora. Seguramente serviría para advertir a la opinión internacional de la gravedad del hecho, y movilizar su apoyo al pueblo haitiano. Al fin y al cabo, su razón de existir es enfrentar problemas y promover la paz.

El momento actual de Haití es grave, y la ayuda urgente requerida es poca. Nuestro agitado mundo invierte cada año un millón 500 mil millones de dólares en armas y guerras; Haití -un país que hace menos de un año sufrió el brutal terremoto que ocasionó 250 mil muertos, 300 mil heridos y enorme destrucción- lo que requiere para su reconstrucción y desarrollo asciende, según cálculos de expertos, a 20 mil millones, solo el 1,3% de lo que se gasta en un año a tales fines.

Pero no se trata ahora de eso, que constituiría un simple sueño. La ONU no solo apela a una modesta solicitud económica que se podría resolver en unos minutos sino también a 350 médicos y 2 000 enfermeras, que los países pobres no poseen y los países ricos se los suelen arrebatar a los pobres. Cuba respondió de inmediato, ofreciendo 300 médicos y enfermeras. Nuestra Misión Médica Cubana en Haití atiende casi el 40% de los afectados por cólera. Rápidamente, después del llamamiento de la Organización Internacional, se dio a la tarea de buscar las causas concretas del alto índice de letalidad. La baja tasa de los pacientes que ellos atienden es inferior al 1% -se reduce y seguirá reduciendo cada día-, frente al 3% de las personas atendidas en los demás centros sanitarios que laboran en el país.

Es evidente que el número de fallecidos no se limita solo a las más de 1 800 personas que se reportan. En dicha cifra, no constan los que fallecen sin asistir a los médicos y centros de salud existentes.

Indagando las causas de los que acudían con mayor gravedad a los centros de lucha contra la epidemia atendidos por nuestros médicos, ellos observaron que estos procedían de las subcomunas más distantes y con menos comunicación. La superficie de Haití es montañosa, y en muchos puntos aislados solo puede llegarse caminando por terrenos abruptos.

El país se divide en 140 comunas, urbanas o rurales, y 570 subcomunas. En una de las subcomunas aisladas, donde viven aproximadamente 5 000 personas, según cálculos del Pastor protestante 20 habían muerto por la epidemia sin asistir a un centro de salud.

De acuerdo con investigaciones urgentes de la Misión Médica Cubana, en coordinación con las autoridades sanitarias, se ha constatado que 207 subcomunas haitianas en los puntos más aislados carecen de acceso a los centros de lucha contra el cólera o de atención médica.

En la reunión mencionada de Naciones Unidas, esta ratificó la necesidad informada por la señora Valerie Amos, subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, quien visitó con urgencia durante dos días el país y calculó la cifra de los 350 médicos y 2 000 enfermeras. Hacía falta conocer los recursos humanos existentes en el país para calcular la cifra del personal requerido. También ese factor dependerá de las horas y días consagrados por el personal que lucha contra la epidemia. Un hecho importante a tener en cuenta es no solo el tiempo que se dedica al trabajo, sino el horario. En el análisis del alto índice de mortalidad se observa que el 40% de la letalidad ocurre en horas de la noche, lo cual evidencia que a esa hora los pacientes afectados no reciben igual atención a su enfermedad.

Nuestra Misión estima que el uso óptimo del personal reduciría el total mencionado. Movilizando los recursos humanos disponibles de la Brigada “Henry Reeve” y los graduados de la ELAM con que se cuenta, la Misión Médica Cubana está segura de que, aún en medio de las enormes adversidades originadas por la destrucción del terremoto, el huracán, las lluvias impredecibles y la pobreza, la epidemia puede ser dominada y preservar la vida de miles de personas que en las actuales circunstancias inexorablemente morirían.

El domingo 28 tuvieron lugar las elecciones a la presidencia, la totalidad de la Cámara de Representantes y de una parte del Senado, lo cual constituyó un evento tenso y complejo que nos preocupó seriamente, por lo que se relaciona con la epidemia y la situación traumática del país.

En su declaración del 3 de diciembre el Secretario General de la ONU señaló textualmente: “‘Insto a todos los actores políticos, cualesquiera que sean las quejas o reservas sobre el proceso, a que se abstengan de usar la violencia y a que empiecen a debatir el asunto de manera inmediata y encontrar una solución antes de que empiece una crisis seria’”, informó una importante agencia de noticias europea.

El Secretario General, de acuerdo con dicha agencia, exhortó a la comunidad internacional a cumplimentar la entrega de 164 millones de dólares, de los cuales solo han suministrado el 20%.

No es correcto dirigirse a un país como quien regaña a un niño pequeño. Haití es un país que hace dos siglos fue el primero en este hemisferio en poner fin a la esclavitud. Ha sido víctima de todo tipo de agresiones coloniales e imperialistas. Fue ocupado por el Gobierno de Estados Unidos hace apenas seis años, después de promover una guerra fratricida. La existencia de una fuerza de ocupación extranjera, en nombre de las Naciones Unidas, no priva a ese país del derecho al respeto a su dignidad y a su historia.

Consideramos correcta la posición del Secretario General de Naciones Unidas de exhortar a los ciudadanos haitianos a evitar enfrentamientos entre ellos. El día 28, en horas relativamente tempranas, los partidos de oposición suscribieron un llamamiento a protestar en la calle, provocando manifestaciones y creando notable confusión dentro del país, especialmente en Puerto Príncipe; y sobre todo en el exterior del país. No obstante, tanto el Gobierno como la oposición lograron evitar actos violentos. Al día siguiente la nación estaba en calma.

La agencia europea informó que Ban Ki-moon había declarado con relación a “las elecciones del pasado domingo en Haití [...] que ‘las irregularidades’ registradas ‘parecen ahora más serias que lo que se pensó en un principio’.”

Quien leyó todas las informaciones procedentes de Haití y las declaraciones ulteriores de los principales candidatos de la oposición, no pueden comprender que quien está apelando a evitar luchas fratricidas después de la confusión creada entre los electores, en vísperas de los resultados del escrutinio que determinarán los dos candidatos rivales en la elección de enero declare ahora que los problemas eran más serios que lo que él pensó en un principio, lo que equivale a echar leña en el fuego de los antagonismos políticos.

Ayer, 4 de diciembre, se cumplió el 12 aniversario del arribo a la República de Haití de la Misión Médica de Cuba. Desde entonces, miles de médicos y técnicos de la salud pública cubana han prestado sus servicios en Haití. Con su pueblo hemos convivido en tiempos de paz o de guerras, terremotos y ciclones. Con él estaremos en estos tiempos de intervención, ocupación y epidemias.

El Presidente de Haití, la autoridades centrales y locales, sean cuales fueren sus ideas religiosas o políticas, saben que pueden contar con Cuba.

Fidel Castro Ruz

Diciembre 5 de 2010

8 y 12 p.m.

Thursday, December 2, 2010

Noticias del cólera en Haití

Hay muchas cosas de las cuales hablar cuando Estados Unidos está envuelto en un colosal escándalo como consecuencia de los documentos publicados por Wikileaks, cuya autenticidad -independientemente de cualquier otra motivación de ese sitio web- nadie ha puesto en duda.

Sin embargo, nuestro país en este instante está inmerso en una batalla contra el cólera en Haití, que a su vez se convierte en amenaza para los demás pueblos de América Latina y otros del Tercer Mundo.

En medio de las consecuencias de un terremoto que mató o hirió a más de medio millón de personas y causó una enorme destrucción, se desató la epidemia que, casi de inmediato, fue agravada por el azote de un huracán.

El número de personas afectadas por la enfermedad se elevaba ayer, 29 de noviembre, a 75 mil 888, de las cuales la Brigada Médica Cubana atendió a 27 mil 015, con 254 fallecidos para el 0.94%. El resto de las instalaciones hospitalarias estatales, ONGs y privados, atendieron a 48 mil 875, de las cuales fallecieron 1 467 para el 3.0015%.

Hoy, 30 de noviembre, la Misión Médica Cubana, que cuenta por cierto con 201 graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina, atendió a 521 pacientes de cólera para sumar un total de 27 536.

El pasado domingo, 28 de noviembre, llegaron al Centro de Tratamiento al Cólera del hospital de referencia comunitario situado en la comuna L’Estere del Departamento Artibonite, 18 personas en estado muy crítico, procedentes de una subcomuna llamada Plateau, las que fueron atendidas inmediatamente por los 11 médicos y 12 enfermeras de la Brigada Médica Cubana que allí labora. Afortunadamente, pudo preservarse la vida de todos.

El lunes 29 llegaron desde la misma subcomuna 11 casos más, entre ellos, un niño de cinco años cuyos padres habían fallecido por cólera. Pudo de nuevo preservarse la vida de los mismos.

Ante tal situación, el Dr. Somarriba, jefe de la Misión Médica, decidió el envío de un vehículo todo terreno con 5 médicos, 2 enfermeras, un enfermero y un rehabilitador a la subcomuna, con los recursos necesarios para atender con urgencia los casos.

De los cinco médicos, cuatro son graduados de la ELAM: una uruguaya, un paraguayo, un nicaragüense, un haitiano y el jefe de la brigada cubana del departamento de Artibonite.

Recorrieron seis kilómetros por carretera, caminaron seis más por terraplén, y finalmente otros dos kilómetros por terreno abrupto con todo el equipamiento y los recursos encima para llegar a la subcomuna.

Plateau está situada entre cinco montañas con casas humildes agrupadas en tres puntos; se calcula que el número de habitantes se aproxima a cinco mil. No hay calles, ni electricidad, ni comercios según informaron, y solo una iglesia protestante.

La población, de pobreza extrema, se dedica fundamentalmente al cultivo de maní, millo, frijol y calabaza.

Cuando llegaron a Plateau, el pastor de la iglesia se brindó para organizar dentro de la misma el Centro de Tratamiento, con seis catres y cuatro bancos de los fieles, que permite ingreso de urgencia a 10 personas.

Hoy ingresaron ocho, tres en estado crítico.

Los vecinos comunican que han fallecido alrededor de 20. Esos datos no aparecen en la cifra oficial de fallecidos. Durante la noche trabajarán con las linternas que portaron.

La Misión decidió crear un Centro de Atención al Cólera en esa intrincada comunidad, que tendrá 24 camas. Mañana se enviarán todos los recursos, incluyendo la planta eléctrica.

Informa igualmente que los camarógrafos acudieron a la comuna al conocer la noticia.

Hoy no hubo fallecidos, y se abrió un centro más en el norte, para un total de 38 centros y unidades de tratamiento al cólera.

Relato el caso para explicar las circunstancias y los métodos con los que allí se libra la lucha contra la epidemia, que con decenas de fallecidos diariamente se va aproximando a 2 000 víctimas mortales.

Con los métodos de trabajo que se están aplicando y el refuerzo programado, será más difícil que el número de fallecidos continúe al ritmo que llevaba.

Conociendo las pasiones con que los procesos electorales tradicionales se desarrollan, aparte del abstencionismo típico que caracteriza a muchos de ellos, nos preocupaba lo que pudiera ocurrir en Haití en medio de la destrucción y la epidemia. Un principio básico y jamás violado es el respeto a las leyes, los partidos y las creencias religiosas de los países donde prestan sus servicios nuestros médicos o la Brigada “Henry Reeve”.

Nos inquietaron, sin embargo, las versiones ampliamente divulgadas por los medios internacionales de prensa que presentaron un cuadro de violencia generalizada en el país, que estaban lejos de ser realidad. Los observadores internacionales estaban asombrados de aquellas noticias que se divulgaban en el exterior, cuando en verdad los hechos que dieron lugar a los mismos fueron aislados, afectando solo en un reducido porcentaje a los electores que ejercieron su voto.

Los propios líderes que llamaron al pueblo a salir a las calles comprendieron que no era correcto, en medio de la trágica situación del país, la realización de acciones que podían estimular enfrentamientos violentos que harían imposible controlar y derrotar la epidemia. Si tal objetivo no se logra, esta podría convertirse en endémica y dar lugar a un desastre sanitario en Haití y a una amenaza permanente para el Caribe, así como para la América Latina, donde millones de personas pobres en número creciente se acumulan en las grandes ciudades; también para otras muchas naciones pobres de Asia y África.

No olvidar nunca que Haití debe ser además reconstruido desde sus cimientos, con la ayuda y la cooperación de todos. Es lo que esperamos para su noble y abnegado pueblo.

Fidel Castro Ruz

Noviembre 30 de 2010

9 y 34 p.m.