Saturday, September 27, 2008

El socialismo democrático

No deseaba escribir una tercera reflexión consecutiva, pero no puedo dejarla para el lunes.

El "capitalismo democrático" de Bush tiene una respuesta exacta: el socialismo democrático de Chávez. No habría forma más precisa de expresar la gran contradicción entre el Norte y el Sur de nuestro hemisferio, entre las ideas de Bolívar y las de Monroe.

El gran mérito de Bolívar es haberlo planteado cuando no existían los medios modernos de comunicación y ni siquiera el Canal de Panamá. Tampoco existía el imperialismo de Estados Unidos; eran simplemente las Trece Colonias de habla inglesa que, unidas, se independizaron en 1776 con la ayuda de Francia y España.

Cual si fuese capaz de ver a través de los siglos, El Libertador proclamó en 1829: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad."

Hugo Chávez es un soldado venezolano en cuya mente germinaron de modo natural las ideas de Bolívar. Basta observar cómo transitó su pensamiento por etapas diversas del desarrollo político a partir del origen humilde, la escuela, la academia militar, la lectura de la historia, la realidad de su país y la humillante presencia del dominio yanqui.

No era general ni tenía a sus órdenes los institutos armados; no dio ni podía dar un golpe, no quería ni podía esperar. Se rebeló, asumió la responsabilidad por los hechos, convirtió la prisión en escuela, se ganó al pueblo y lo conquistó para su causa desde fuera del poder; ganó las elecciones a través de una Constitución burguesa, juró sobre el moribundo documento una nueva ley de leyes, chocó con ideas preconcebidas de izquierda y derecha e inició la Revolución Bolivariana en las más difíciles condiciones subjetivas de toda la América Latina.

Durante diez años, desde la Presidencia de su país, Chávez no ha dejado de sembrar ideas incesantemente dentro y fuera de su Patria.

Ninguna persona honesta puede dudar de que en Venezuela hay una verdadera revolución en marcha, y que allí se desarrolla una excepcional lucha contra el imperialismo.

Debe señalarse que Chávez no descansa un minuto, lucha dentro de Venezuela y a la vez viaja sistemáticamente a las capitales de países de América Latina y a naciones importantes de Europa, Asia y África. Se comunica hora por hora con la prensa nacional e internacional, no teme abordar cualquier tema, es escuchado con respeto por los principales líderes del mundo, hace uso correcto y eficaz del poder real de su Patria como país que posee las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, unido a la existencia de abundante gas, y elabora un programa nacional e internacionalista que no tiene precedentes.

Cuando firma un acuerdo de asociación de Gazprom de Rusia y PDVSA de Venezuela para la búsqueda y explotación de hidrocarburos, está creando un consorcio en ese campo que no tiene igual en el mundo. Su asociación económica con China, Rusia, países de Europa y otros con recursos abundantes de América Latina y África, desata fuerzas liberadoras para abrir paso a un mundo multipolar. No excluye a Estados Unidos del suministro de energía y el intercambio comercial. Es una concepción objetiva y equilibrada.

Plantea para su propia Patria una revolución socialista, sin excluir importantes factores productivos.

Para nuestra Patria, en un momento histórico en que ha sido golpeada por la naturaleza y los embates criminales del decadente imperio, constituye un verdadero privilegio contar con la solidaridad de Chávez. Jamás se escuchó una frase tan internacionalista y solidaria como la que dirigió a nuestro pueblo: "¡La tierra de Venezuela es también tu tierra!"

El imperialismo trata de liquidarlo políticamente o eliminarlo a cualquier precio, sin reparar en que su muerte constituiría una catástrofe para Venezuela y para la economía y la estabilidad de todos los gobiernos de América Latina y el Caribe.

Mis conversaciones con él se caracterizan por el punto de vista que sostengo de que en este instante lo más importante es salvar a Venezuela de la embestida política del gobierno de Estados Unidos. Durante su última visita discutimos sobre la magnitud del apoyo que ya nos brinda y el que desea brindarnos, y nuestra sugerencia de que concentre el máximo de recursos posible en la batalla interna que hoy libra contra la ofensiva mediática y los reflejos condicionados sembrados durante muchos años por el imperialismo.

Desde ahora hasta el 23 de noviembre la batalla que se libra es de gran trascendencia, y no deseamos que el apoyo a Cuba sea tomado como pretexto para golpear a la Revolución Bolivariana.

Los 92 obreros de la construcción venezolanos integrantes de las Brigadas Socialistas de Trabajo Voluntario, enviados a edificar viviendas en Pinar del Río, constituyen todo un símbolo de nuestra época.

Se viven instantes de mucha importancia. La consulta popular para aprobar la nueva Constitución en Ecuador pasado mañana tiene gran trascendencia. Chávez se reunirá el lunes en Brasil con el presidente Lula. Esta noche hay un debate televisado Obama-McCain. Todas son noticias importantes.

Por ello no quiero dejar para el lunes estas líneas, ya que Chávez mañana sábado estará de regreso en su Patria y hablándole de nuevo a su pueblo el domingo. Él siempre utiliza algo de estas reflexiones en su batalla.

Fidel Castro Ruz

Septiembre 26 de 2008

5 y 56 p.m.

Friday, September 26, 2008

La autocrítica de Bush

En un breve discurso de 15 minutos, el Presidente de Estados Unidos afirmó cosas que en boca de cualquier adversario habrían sido calificadas de atroces y cínicas calumnias contra el sistema económico de su país, que él llamó "capitalismo democrático".

Después de apelar dramáticamente al Congreso para que le asignara 700 mil millones de dólares adicionales para enfrentar la crisis, entre otras razones sustentó los siguientes motivos:

· Este es un momento extraordinario para la economía de los Estados Unidos.

· Hemos visto situaciones lamentables en la economía de Estados Unidos.

· El objetivo es preservar la economía del país.

· He afirmado que la economía global sigue gobernada por legislaciones del Siglo XX y hay que adaptarla a las finanzas del Siglo XXI.

· Los bancos han visto restringido el crédito.

· Muchos prestamistas aprobaron créditos sin examinar la capacidad de pago.

· ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Cuál será el futuro financiero del país?

· Los economistas plantean que son problemas de más de una década.

· Muchos economistas están de acuerdo en que los problemas que tenemos hoy se produjeron a lo largo de mucho tiempo.

· Muchos empresarios obtuvieron créditos para hacer negocios, comprar casas, autos. Hubo muchas consecuencias negativas, especialmente en el mercado inmobiliario.

· Muchos prestamistas aprobaron créditos sin examinar la capacidad de pago de sus clientes.

· Muchas personas pensaron que iban a poder pagar sus hipotecas y no fue así.

· Todo esto tuvo efectos que trascendieron al mercado inmobiliario.

· Los títulos o valores se venden a inversionistas en todo el mundo. Muchos pensaron que los títulos tenían valor tangible.

· Muchas compañías como Freddie Mac pidieron mucho dinero prestado, colocando en riesgo nuestro mercado financiero.

· Los grandes bancos se vieron con gran cantidad de activos que no podían vender.

· Otros bancos se encontraron en situaciones similares y se agotó el crédito disponible.

· Muchos creían que tenían el aval del Gobierno Federal, colocando en riesgo nuestro sistema financiero.

· La situación se hizo más precaria con el paso del tiempo.

· Creo firmemente en la libre empresa.

· El declive inmobiliario tuvo un efecto dominó.

· Creo que las compañías que tomaron decisiones equivocadas deben pagar por ello. En circunstancias normales yo no habría optado por esto, pero no estamos en circunstancias normales.

· El mercado no está funcionando adecuadamente. Ha habido una gran pérdida de confianza.

· Los principales expertos del gobierno concuerdan en que si no hay una acción inmediata, puede haber un pánico en el país con más quiebras de bancos y un efecto negativo en las cuentas de jubilación, se incrementarían los embargos de inmuebles, y millones de estadounidenses pudieran perder sus empleos.

· El país podría enfrentar una recesión larga y dolorosa. No podemos permitir que esto suceda.

· Muchos se preguntarán cómo va a funcionar este plan de rescate.

· Debe actuarse con la mayor celeridad posible.

· El gobierno colocaría hasta 700 mil millones para inyectar liquidez.

· El gobierno tratará de que los mercados se normalicen cuanto antes.

· Hemos visto cómo una compañía puede crecer tanto, que su valor puede comprometer a todo el sistema financiero.

· Se debe autorizar al gobierno a vigilar a las empresas para asegurarse de que su crecimiento no comprometa a la economía global.

· El capitalismo democrático es el mejor sistema que se ha desarrollado.

· Sé que los estadounidenses a veces se desaniman, pero esta es una situación pasajera.

· La historia ha demostrado que en tiempos de necesidad, sus líderes se unen para enfrentar estas circunstancias.

· Mañana se reunirán, en la Casa Blanca, Obama, McCain y otros líderes del Congreso.

Finalizó sus palabras dando las gracias.

Algunos señalan el hecho de que no apartó un minuto los ojos del teleprompter, con el ceño fruncido.

George W. Bush no solo confesó ayer esas verdades, sino que lanzó otra especie de Alianza para el Progreso.

La primera de todas fue la colosal tomadura de pelo de Punta del Este en 1961, concebida por Kennedy después de la Revolución en Cuba.

La penúltima, como se conoce, fue la de Bill Clinton y se llamó Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), suscrita en 1994. Esta recibió el tiro de gracia en Mar del Plata en el año 2005.

El mismo día de la "autocrítica", Bush lanzó el ICPA: Iniciativa para el Camino a la Prosperidad en América. Es una denominación, además, ridícula.

Al ver la lista de los diez países latinoamericanos comprometidos en Nueva York con la Iniciativa, pude observar la ausencia de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua; es decir, casi todos los de Suramérica y uno de Centroamérica, cuyo ex Canciller, Miguel D’Escoto, sandinista y sacerdote de la Teología de la Liberación, preside en este momento la Asamblea General de Naciones Unidas.

De acuerdo con la fantasía recurrente de Bush, el proyecto del cual hablan las agencias cablegráficas, según las palabras del Presidente a los gobiernos de los diez países latinoamericanos presentes, "permitirá trabajar para asegurarse de que los beneficios del comercio se compartan ampliamente."

"Profundizará las conexiones entre los mercados regionales y expandirá nuestra cooperación en asuntos de desarrollo."

"Nos conviene continuar abriendo mercados, especialmente en nuestro propio vecindario."

Tales hechos constituyen un excelente material de estudio para la batalla ideológica.

¿Qué progreso puede garantizar el imperialismo a cualquier país de América Latina con sus armas atómicas, su industria armamentista, sus flotas de portaaviones nucleares escoltados, sus guerras de conquista, el intercambio desigual y el saqueo permanente de otros pueblos?

Dentro del "capitalismo democrático", la autocrítica no es una categoría incluida. De todas formas, no hay que ser ingratos ni mal educados: debemos darle las gracias a Bush por su genial aporte a la teoría política.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 25 de 2008
6 y 35 p.m.

Thursday, September 25, 2008

El objetivo irrenunciable

Alrededor de 35 mil especialistas cubanos de la salud prestan servicios gratuitos o compensados en el mundo. Adicionalmente, un número de jóvenes médicos de países como Haití y otros de los más pobres del Tercer Mundo laboran en su patria por cuenta de Cuba. En el área latinoamericana fundamentalmente contribuimos con operaciones oftalmológicas que preservarán la vista a millones de personas. Estamos, por otra parte, contribuyendo a la formación de decenas de miles de jóvenes estudiantes de medicina de otras naciones, en Cuba o fuera de Cuba.

No es algo, sin embargo, que arruine a nuestro pueblo, que pudo sobrevivir gracias al internacionalismo que la URSS aplicó con Cuba, y nos ayuda a pagar nuestra propia deuda con la humanidad.

Meditando cuidadosamente y analizando en detalle la historia de las últimas décadas, llego a la conclusión, sin chovinismo alguno, de que Cuba cuenta con el mejor servicio médico del mundo, y es importante que tomemos conciencia de ello, ya que es punto de partida de lo que deseo exponer.

La base del mencionado éxito está en la red de policlínicos y consultorios establecida en todo el país, que sustituyó el desastroso y precario sistema de atención médica capitalista basada en la medicina privada, aunque la dura realidad había impuesto un número de centros mutualistas de atención médica. Para los más jóvenes aclaro que eran instituciones de carácter cooperativo donde por una contribución mensual, se prestaban esos servicios. Los miembros de mi familia recibíamos algunos por esa vía en un hospital situado en la lejana capital de la antigua provincia de Oriente. No recuerdo, sin embargo, a un solo obrero cañero o azucarero que pudiera formar parte de esa institución por carecer de recursos y no viajaban nunca a esa ciudad. Dondequiera que los principios del capitalismo reinan la sociedad retrocede, de ahí el cuidado extremo que debemos tener cada vez que el socialismo se vea obligado al uso de mecanismos capitalistas. Algunos se embriagan y enajenan soñando con los efectos de la droga del egoísmo individual como el único resorte capaz de mover a las personas.

La gran necesidad de especialistas médicos generó en esta rama el espíritu burgués de élite, al que se puso fin en Cuba definitivamente cuando la Revolución a lo largo de muchos años graduó cifras crecientes de médicos que debían renunciar al ejercicio privado de la profesión, y más tarde se convertían en especialistas mediante el estudio y la práctica sistemática, llegando a constituir una masa de profesionales bien calificados.

En la sociedad capitalista un reducido número de especialistas que tenían que ver con la salud y la vida se convertían en dioses. En ellos, como entre los educadores de alto nivel y demás profesiones que requieren de grandes dosis de conocimientos, no queda otra alternativa que cultivar a fondo el espíritu revolucionario. La experiencia ha demostrado que es posible, sobre todo en una actividad que tanto tiene que ver con la vida o la muerte.

Nuestra red de policlínicos abarca ciudades y campos de toda Cuba; fue creada en un proceso de desarrollo de centros de salud adaptados a las situaciones más variadas de nuestro territorio y sus habitantes.

En una ciudad como La Habana, la mayor del país, un ejemplo de la complejidad de la vida urbana —que por otra parte difiere a su vez de Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Villa Clara o Pinar del Río, del mismo modo que estas difieren entre sí—, cada policlínico atiende alrededor de 22 mil personas.

Después del triunfo del 1º de Enero de 1959 los ciudadanos de la capital saturaban el cuerpo de guardia del hospital, generalmente distante a muchas cuadras de su hogar, para recibir las atenciones que la Revolución les prestaba gratuitamente con los equipos entonces disponibles, y no asistían a los policlínicos recién creados, adonde con frecuencia eran enviados los médicos menos eficientes. Aprendieron más adelante a recibir esos servicios en el policlínico, cada vez mejor equipado y con médicos de creciente calidad y profesionalidad. Optaron finalmente por la mejor variante, ir en primer lugar al consultorio, donde los atendía un joven médico que se preparaba en cursos teóricos y prácticos de seis años diseñados con esmero por profesores eminentes. Más tarde continuaba estudiando hasta convertirse en especialista de Medicina General Integral. El policlínico lo apoyaba con sus laboratorios y equipos.

Un día, cuando visité uno de esos centros para comprobar su profesionalidad, pedí sin aviso previo alguno que me hicieran un examen de los parámetros vitales; fue uno de los mejores y más rápidos que vi en mi vida.

Ni un solo instante la Revolución abandonó el esfuerzo de reparar, adaptar o construir nuevos policlínicos y casas de consulta, mientras miles de estudiantes ingresaban y se graduaban en más de 20 facultades de ciencias médicas. Es una larga y fascinante experiencia.

En su actual concepción, un policlínico debe estar siempre listo para atender 10 servicios básicos: medios diagnósticos, urgencias médicas, estomatología, rehabilitación integral, salud materno-infantil, enfermería, clínico-quirúrgico, atención al adulto mayor, salud mental, higiene y epidemiología. Se concibió el sistema para prestar servicios en 32 especialidades, entre ellas las que deben atenderse a cualquier hora del día o de la noche, desde un dolor insoportable de muela hasta un infarto. Debe tener cuerpos de guardia, que acercan la atención médica urgente a los hogares de las familias.

Cuando escribí Los vicios y las virtudes, señalé que todo intento de apropiarse de los productos que pasan por su mano, como hacen algunos, era indigno de la conducta de un trabajador, sea cual fuese su categoría social, su capacidad, sus estudios, sus conocimientos; coseche papas, ordeñe vacas, cocine en un restaurante, produzca en una fábrica, labore en una escuela, una librería, un museo, manual o intelectualmente, en cualquier sitio. Nadie desea instaurar el trabajo esclavo o semiesclavo en nuestro mundo. Todos pensamos que el ciudadano nace para una vida más digna.

El que roba olvida que toda persona desea tranquilidad y respeto para ellos y sus familiares, alimentos variados y de calidad, viviendas decorosas, electricidad sin fallos, agua corriente, calles sin baches, transporte cómodo y seguro, hospitales buenos, policlínicos bien equipados, escuelas de primera, bodegas y tiendas que funcionen bien, cine, radio, televisión, Internet y otras muchas cosas agradables, que sólo pueden emanar del trabajo metódico, eficiente, bien organizado y de trabajadores altamente productivos.

La producción de bienes de consumo y servicios requiere laborar con equipos modernos para la construcción, la agricultura, el transporte, energía eléctrica de alta tensión, productos químicos o inflamables; condiciones de trabajo que entrañan riesgos de altura, profundidad y otras muchas variantes ineludibles; cualquier descuido ocasiona mutilaciones y muertes que obligan a constantes medidas para impedirlos o reducirlos al mínimo posible, sin que desgraciadamente puedan evitarse cada año un número doloroso de casos. A esto se añaden las enfermedades profesionales, los sufrimientos y daños que ocasionan. No nacen del azar los bienes y servicios que todos anhelan. Inversiones fuertes, tecnologías modernas, materias primas costosas, energía abundante, y muy especialmente trabajo humano, son indispensables si no deseamos quedarnos en la prehistoria.

En días recientes solicité datos al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sobre el número de trabajadores involucrados en los programas de educación y salud del país; ascendían a casi el 20 por ciento de la fuerza laboral activa del país en la producción económica y los servicios.

Los datos que recibí, analizados cuidadosamente, justifican los pasos dados para elevar la edad de la jubilación, lo cual se asocia en el proyecto con mejorías reales en el ingreso familiar y, a mi juicio, también se vincula con la necesidad imperiosa de evitar el exceso de circulante monetario y el deber de reponernos rápidamente del golpe de los huracanes sin que nadie se sienta desamparado.

La cuestión que planteo es si el ser humano puede o no organizar con racionalidad la sociedad en que está obligado a vivir.

Los esfuerzos que hacen los músicos con sus instrumentos son quizás tan fuertes como los del fundidor de Antillana de Acero. A veces no hay diferencias entre el gasto mental y energético de uno y otro, aunque puede haberlo en el modo de pensar, porque unos son conocidos y aplaudidos constantemente y otros no. Pueden aquellos, sin embargo, contribuir con su influencia a la lucha contra viejos vicios de sociedades pasadas, como muchos hacen, no sólo músicos sino también escritores y pintores prestigiosos formados por la Revolución.

Hay profesionales especializados en ciencias económicas, organización del trabajo, psicología y otras ramas, conscientes de estas realidades, que abordan temas asociados de una forma u otra a ellas; se leen o escuchan interesantes conceptos en busca de respuestas que sin duda terminarán apuntando en la misma dirección a medida que el debate nacional e internacional se abre.

Los Premios Nobel de Economía están asombrados por una crisis del capitalismo desarrollado jamás vista, que demanda en este momento 700 mil millones de dólares adicionales que deberán pagar los hijos de las familias norteamericanas. No atinan los expertos del imperialismo a dar pie con bola, mientras los jefes de Estado, primeros ministros y altos funcionarios participantes en la Asamblea General de Naciones Unidas, se devanan los sesos tratando de buscar soluciones. Es curioso ver cómo muchos de los aliados de Estados Unidos en la OTAN no hablan su idioma nacional sino el inglés, esperanto de nuestra época, visiblemente chapurreado.

Pienso que no hay alternativa a la necesidad de reevaluarlo todo, buscar más productividad y menos derroche de recursos humanos en los sectores vitales, incluidos la Salud y la Educación —y en los demás de la economía productiva y los servicios—, sin atenernos estrictamente a cifras elaboradas años atrás, sin que merme y por el contrario crezca la calidad de todo lo que se lleva a cabo en nuestra patria, y sin dejar de cumplir deberes internacionalistas cuyos frutos comienzan a percibirse fuertemente. Son mucho más que lo que se imagina y bastante menos que lo que se necesita. El resto debemos ponerlo nosotros sin vacilación alguna.

Fidel Castro Ruz

Septiembre 24 de 2008

8 y 37 p.m.

Monday, September 22, 2008

Lo verdadero y lo falso

Afirma el líder de la Revolución que Venezuela es, sin duda, el país que más solidario ha sido con Cuba después de los azotes de los demoledores huracanes. Su Presidente, Hugo Chávez, no vaciló un segundo en brindar, a nombre de su país, toda la ayuda posible. Informa Fidel que sostendrá este domingo un encuentro con el Presidente bolivariano, el cual será breve. El tiempo indispensable para el intercambio: una hora aproximadamente. Será un gran honor para mí, dice el Jefe de la Revolución

Las agencias cablegráficas informan que Chávez visitará Cuba mañana domingo en viaje hacia China, Rusia, Belarús, Francia y Portugal.

Lo supe ayer a través de Venezolana de Televisión: firmaba acuerdos de inversión energética en Caracas con importantes hombres de negocios de empresas de Japón, Rusia, Malasia, Italia, Argentina, Estados Unidos, Qatar y Portugal. El propósito es extraer gas de una de las reservas ubicadas bajo la superficie de 500 mil kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales.

Las empresas serán un 60% de propiedad venezolana, y la inversión se elevará a 19 mil millones de dólares en esa sola rama. El mundo está ansioso y sediento de energía fósil.

No deja de llamar la atención esa actividad en la República Bolivariana de Venezuela cuando Estados Unidos está sumido en una dramática crisis financiera, que lo obliga a inyectar en los bancos cientos de miles de millones de dólares para evitar la debacle. Inversiones de ese carácter se han venido repitiendo a lo largo del último año, sin que nadie sepa cuál será la última. Las acciones bursátiles suben de valor temporalmente, Wall Street y los bancos centrales del mundo respiran, hasta que el oxígeno del aqualón se agota y hay que repetir la operación.

Venezuela es, sin duda, el país que más solidario ha sido con Cuba después de los azotes de los demoledores huracanes. Su Presidente no vaciló un segundo en brindar, a nombre de su país, toda la ayuda posible tan pronto el Gustav golpeó y devastó a Pinar del Río y la Isla de la Juventud. Las ráfagas récord de 340 kilómetros por hora, las imágenes de destrucción y el prodigioso hecho de que no se hubiese perdido una vida lo habían impresionado, y ofreció todo lo que hiciera falta en solidaridad con Cuba, apoyo financiero, e incluso tierras venezolanas para producir alimentos en áreas no ciclónicas disponibles.

Fue el primero, pero no el único país solidario, en una larga lista que siguió después, con acciones de gran importancia de Rusia, Angola, Vietnam, China y otros, grandes y pequeños, con más y menos recursos, que ofrecieron préstamos financieros y créditos blandos que rebasan la cifra de mil millones de dólares, aparte de donaciones en dinero, alimentos y recursos, que llegaban por cualquier vía como expresión del deseo de ayudar a nuestro heroico y solidario país.

La hipócrita oferta del gobierno de Estados Unidos fue rechazada. Se le respondió lo que debía respondérsele. No vacilé en expresar mi punto de vista. La gusanera dentro y fuera de Cuba cacareó con la medida. Anhelaban que hiciéramos el bochornoso papel de limosneros. Pero ese combate no ha cesado y apenas comienza.

Un cable de EFE informa: “El gobierno de Estados Unidos otorgó una licencia al Movimiento Democracia, un grupo de exiliados cubanos en Miami, para que envíe ayuda de manera directa a las víctimas en Cuba de los huracanes Gustav e Ike.”

Más adelante el cable añade: “La influyente Fundación Nacional Cubano-Americana tiene una licencia otorgada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos que le permite enviar directamente las remesas de los familiares cubanos a sus familiares en la Isla.”

“La ayuda será repartida a las víctimas de los ciclones, incluyendo a disidentes que, según los activistas, no están recibiendo mucha asistencia y son marginados por el gobierno cubano.”

En Cuba no se discrimina a ningún ciudadano. A todos se les brinda gratuitamente servicios de salud, algunos de los cuales en hospitales de Estados Unidos costarían miles y a veces decenas de miles de dólares; así como servicios de educación superior a los jóvenes, tengan o no familiares en el exterior, que en ese país costarían cientos de miles en esa misma moneda.

Los que reciben las remesas de dinero de Estados Unidos, después de pagar el impuesto correspondiente, pueden comprar las cuotas normales a bajísimo precio y también adquirir productos en las tiendas de divisas, que hoy ofrecen mercancías cuyos costos en el exterior se han elevado considerablemente.

Cualquier producto procedente de Estados Unidos que llegue a nuestro país con fines contrarrevolucionarios debe devolverse o confiscarse.

En Venezuela laboran casi cuarenta mil cubanos altamente calificados, que prestan sus nobles servicios al pueblo bolivariano, incluyendo la formación de especialistas comunitarios e instructores deportivos. No han abandonado a su Patria; trabajan en el exterior por el bienestar de los cubanos, y sus frutos llegan a todos, desde los niños más pequeños hasta los ciudadanos más ancianos. En este momento, además, hacen aportes de sus salarios, con los que se comprarán artículos producidos en Venezuela que se repartirán entre los más necesitados de cualquier provincia. Es un verdadero ejemplo de cómo deben ser utilizados los recursos en nuestra sociedad.

Chávez es un incansable predicador de las ideas más avanzadas de su época en Venezuela, enfrentado a casi todos los instrumentos mediáticos en manos de la oligarquía proyanqui, que tratan de engañar y confundir al pueblo. Uno piensa que va a descansar un día hasta que descubre que el descanso de él es la tumba.

El encuentro con el Presidente bolivariano mañana será breve. El tiempo indispensable para el intercambio: una hora aproximadamente. Será un gran honor para mí.

Son hechos que señalan la infinita diferencia entre lo verdadero y lo falso.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 20 de 2008
3 y 20 p.m.

Saturday, September 20, 2008

Los vicios y las virtudes

Ayer hablábamos del Ike financiero que enloquece al imperio. Este no encuentra la forma de conciliar el consumismo con las guerras injustas, los gastos militares y las enormes inversiones en la industria de armamentos, que matan pero no alimentan a los pueblos ni satisfacen sus necesidades más elementales.

Nada podría describir mejor la enajenante contradicción que las palabras del senador Richard Shelby, el principal republicano de la Comisión de Bancos del Senado de Estados Unidos, cuando declaró al canal de televisión BBC: "No sabemos cuánto va a costar esto. Probablemente de 500 mil millones hasta un millón de millones de dólares, y eso afectará a los contribuyentes tarde o temprano, o será una deuda cobrada a todos nosotros o a nuestros hijos", relata la agencia noticiosa Reuters de Gran Bretaña.

Nadie puede dudar del destino del mundo capitalista desarrollado y la suerte que promete a miles de millones de personas en el planeta.

La lucha es el único camino de los pueblos en la actualidad para alcanzar una comunidad en la cual vivir con justicia social y decoro, la antítesis del capitalismo y los principios que rigen el odioso e injusto sistema. En la dura batalla por esos objetivos, el peor enemigo es el instinto egoísta del ser humano. Si el capitalismo significa la constante utilización de ese instinto, el socialismo es la batalla incesante contra tal tendencia natural. Si otras veces en la historia la alternativa era volver al pasado, hoy tal alternativa no existe. Se trata de una batalla que corresponde librar fundamentalmente a nuestro glorioso Partido.

Toda manifestación de privilegio, corrupción o robo tiene que ser combatida y no hay excusa posible en esto para un verdadero comunista. Cualquier tipo de debilidad en tal sentido es absolutamente inadmisible. Nunca fue la característica de los miles de hombres y mujeres que marcharon voluntariamente a cumplir los deberes internacionalistas que llenaron de gloria y prestigio a la Revolución Cubana. En tales principios de ética y pureza se inspiró el pensamiento de José Martí y todos los que lo precedieron.

Ahora, en medio del golpe demoledor y fresco de los huracanes, es cuando debemos demostrar lo que somos capaces de hacer.

El robo en fábricas, almacenes, servicios automotrices, hoteles, restaurantes y otras actividades donde se manejen recursos o dinero, tiene que ser combatido sin tregua por los militantes del Partido. Cuando alguien con esa condición incurra en tan bochornosa actividad, aparte de las medidas legales que le correspondan, debe ser sancionado por el Partido, sin extremismos, pero de forma madura y eficaz. El capitalismo es víctima del delito común y se defiende de este mediante sofisticados medios técnicos, el desempleo, la exclusión social, el asesinato y hasta la violencia extrema, que resulta ya inútil frente al tráfico de drogas, que cuesta cientos y hasta miles de vidas cada año en algunos países latinoamericanos.

No es fácil la tarea de los cuadros en un mundo donde la incitación al consumismo es permanente a través de todos los medios radiales, televisivos, electrónicos y escritos, y los métodos de seducir al ser humano son extraídos de laboratorios y centros de investigación. Obsérvese lo que ocurre con lo que se ha dado en llamar publicidad, por la que los consumidores pagan más de un millón de millones cada año. Se repiten tanto los anuncios comerciales, que desesperan por su banalidad a casi todas las personas.

Pero el robo está lejos de ser el único mal que daña a la Revolución. Están los privilegios conscientes o tolerados y los inventos burocráticos. Recursos asignados para una situación temporal, se convierten en gastos y consumos permanentes.

Todo conspira contra las reservas en materiales y en divisas del país, lo cual puede traer escasez de productos y exceso de dinero circulante. Lo mismo ocurre cuando los que tienen dinero abundante corren a comprar en exceso lo que les vendan en las tiendas de divisas.

Hay aparatos del Estado con la tendencia de generalizar los privilegios o dar mucho más en la competencia que desatan por los técnicos y la fuerza de trabajo disponible. A veces se vuelven timbiricheros con métodos genuinamente capitalistas en la búsqueda de ingresos, para administrar recursos con los cuales hacer el papel de eficientes y ganar el apoyo complaciente de los suyos. Son costumbres burguesas y no proletarias, contra las cuales todos tenemos el sagrado deber de luchar en nosotros y en otros.

Hay países que no vacilan en aplicar la pena capital contra estos delitos. No pienso realmente que sea necesario en nuestro caso. Tampoco premiar idiotamente a los incorregibles en nuestras prisiones; que adquieran un oficio, pero no soñar convertirlos en científicos.

A lo largo de mi vida revolucionaria vi cómo estos vicios crecían al lado de las virtudes. También se producen blandenguerías en algunos ciudadanos que se habitúan a recibir y dedican poco tiempo a meditar, leer periódicos e informarse de las realidades. El enemigo conoce sobradamente bien las debilidades de los seres humanos en su búsqueda de espías y traidores, pero desconoce la otra cara de la moneda: la enorme capacidad del ser humano para el sacrificio consciente y el heroísmo. Los padres quisieran legar bienes materiales a sus hijos, pero prefieren dejarles la herencia de una vida digna y prestigiosa que los acompañe siempre.

El imperio se ha topado en esta isla con un pueblo capaz de resistir su bloqueo y agresiones decenas y decenas de años. Por ello extrema sus medidas contra Cuba. Trata de arrebatarle personal calificado y su fuerza de trabajo; selecciona a los que conceden las miles de visas acordadas por año, mientras promueve a su vez las salidas ilegales; mantiene y refuerza su Ley de Ajuste Cubano, que concede privilegios especiales para la emigración ilegal a los ciudadanos de una sola nación en el mundo: Cuba. Si los extendiera a los demás países de América Latina, en poco tiempo los latinoamericanos serían más de la mitad de los habitantes de Estados Unidos.

Lo que es más cínico: recluta mercenarios que pretenden impunidad, les suministra orientación y recursos, los promueve internacionalmente, y se complace en poner a prueba la paciencia y ecuanimidad del poder revolucionario.

La verdad nunca le faltará a nuestro pueblo.

No sólo lucharemos sin tregua contra nuestros propios errores, debilidades y vicios, sino también ganaremos la batalla de ideas en la que estamos enfrascados.

Si de algo podrán estar seguros siempre los jefes del imperio, es que ni huracanes naturales ni huracanes de cinismo lograrán doblegar a la Revolución.

Antes, como dijo Martí, se unirá el mar del Norte al mar del Sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 19 de 2008
8 y 45 p.m.

Dos veces la misma mentira

Basta con ver los cables.

En la reflexión antes de ayer expresé que Cuba no aceptaría donación alguna del gobierno que nos bloquea y que en la Nota diplomática entregada a la Oficina de Intereses de Estados Unidos se solicitaba la autorización para que las empresas norteamericanas nos vendieran material de construcción; la misma no mencionaba en absoluto los alimentos. Se añadía la solicitud de que el comercio de tales materiales se realizara en términos normales, incluidos créditos, lo cual es elementalmente lógico con relación a un país que ha pagado al contado a lo largo de ocho años los pocos rubros que se autoriza exportar a Cuba.

Tal solicitud se justificaba aún más en la situación de emergencia creada por el azote de los huracanes.

Fue precisamente George W. Bush quien, después que el huracán Michelle azotara con violencia la isla el 4 de noviembre de 2001, autorizó la venta de productos agrícolas a Cuba, incluyendo la madera como cosecha de la silvicultura bastante desarrollada en aquella nación. No insistió en la inspección in situ cuando, igual que ahora, se le respondió que ya la habíamos hecho. Los alimentos constituyeron el principal rubro importado. En pocas semanas se importaron 4,4 millones de dólares, una vez cumplimentados con rapidez los trámites pertinentes.

En el 2002 se adquirieron 173,6 millones de dólares; en el 2003, 327 millones; en el 2004, 434,1 millones; en el 2005, 473 millones; en el 2006, 483,3 millones; en el 2007, 515,8 millones, y en el 2008, 425 millones en el primer semestre del año. Creció, como puede apreciarse, año por año, y en el actual es posible que, después del demoledor impacto de dos huracanes, el país tenga que importar sólo de Estados Unidos una cifra mucho mayor, en especial si se tiene en cuenta que los precios se han elevado considerablemente y el colosal golpe que sufrió la agricultura.

El gobierno de ese país presentó a la opinión mundial una autorización para la venta de productos alimenticios y madera, cual si fuese una decisión nueva relacionada con los dos huracanes, Gustav y Ike. Una completa tomadura de pelo.

¿Qué afirmó el vocero del Departamento de Estado? El domingo 14 de septiembre declaró que desde la llegada del Gustav a Cuba, Estados Unidos autorizó 250 millones de dólares en ventas agrícolas a la isla incluyendo madera. Antes el Ministro de Comercio de ese país había descartado todo crédito comercial.

El 16 de septiembre de nuevo el Departamento de Estado declaró que Estados Unidos autorizó licencias como ayuda ante la catástrofe provocada por los dos huracanes, y que las licencias agrícolas incluían "madera, un material importante para la reconstrucción".

Además de las mentiras, con qué argumento trataron de justificar la prohibición a las empresas norteamericanas de conceder créditos para comerciar normalmente con Cuba: "El gobierno de Estados Unidos tiene que respetar las leyes del Congreso." Se supone que el bloqueo es ley congresional en virtud de una pérfida percha tipo Enmienda Platt. El Presidente de Estados Unidos puede declarar la guerra sin consultar al Congreso —algo inédito en la historia de ese país— y no puede sin embargo autorizar a una empresa norteamericana a comerciar normalmente con Cuba.

En el mensaje enviado al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en el que le relataba experiencias de nuestra Revolución, escribí: por "el bloqueo económico despiadado y absoluto no podría adquirirse ni un kilogramo de alimentos. Esto cambió en algo 30 años después, por presión de los agricultores, pero lo acompañaron con trabas financieras y monetarias leoninas." El propio líder revolucionario venezolano ha divulgado en parte ese mensaje.

Todo es obvio y claro.

Usando dos veces la misma mentira, el Departamento de Estado no ha tenido reparo alguno en engañar a la opinión mundial, y lo hacen de forma cínica.

Fidel Castro Ruz

Septiembre 18 de 2008

12 y 20 p.m.

El Ike financiero

Las noticias de hoy por la tarde no tienen desperdicio:

"Bush canceló todas las actividades. Tenía previsto viajar a Alabama y Florida para participar en actos de recaudación de fondos electorales."

"Dijo el jueves que estaba preocupado por la situación de los mercados financieros y de la economía estadounidense... "

"Los mercados se han desplomado" —continúan informando los cables—, "el gobierno se ha visto obligado a nacionalizar el gigante asegurador American International Group (AIG), y la Reserva Federal, en una acción coordinada con otros bancos centrales, ha inyectado 180 mil millones de dólares en los mercados financieros."

"El mandatario aseguró que su gobierno está tomando medidas agresivas y extraordinarias ‘para calmar los mercados’."

"Las autoridades de toda Asia buscan frenar la caída de sus monedas, bolsas y valores, para evitar que la crisis de Wall Street golpee a la región."

"El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, culpó hoy a la especulación de la crisis financiera internacional, y admitió que está preocupado por los riesgos de una recesión en Estados Unidos.

"También se compadeció de la situación de los grandes bancos de Estados Unidos, que en el pasado criticaron a Brasil y a otros países emergentes, y puso en tela de juicio el sistema financiero internacional.

"Hay una crisis en Estados Unidos, una crisis muy fuerte, que ha llevado la mayor economía del mundo a sobresaltos extraordinarios", dijo.

"No es que no estemos preocupados. Estados Unidos es la mayor economía del mundo y el mayor importador."

Concluyó sus palabras afirmando: "Veo con cierta tristeza bancos importantes, muy importantes, que pasaron la vida dando consejos sobre Brasil y sobre lo que teníamos que hacer o no, y que ahora están quebrados o entraron en bancarrota."

Los vientos huracanados del Ike financiero también amenazan a todas las "provincias" del mundo. El pronóstico meteorológico es incierto; se viene hablando de él hace semanas, y ráfagas de más de 200 kilómetros por hora se hacen sentir. Como dice Rubiera, de una categoría a otra su poder destructivo se eleva al cuadrado.

Es muy difícil seguir de cerca y comprender las cifras fabulosas de dinero fresco que se inyectan a la economía mundial. Son grandes dosis de papel moneda, que conducen inevitablemente a la pérdida de valor y capacidad adquisitiva.

El crecimiento de los precios es inevitable en las sociedades consumistas y desastroso para los países emergentes, tal como lo señala Lula da Silva. Si el más grande importador del mundo deja de importar, golpea al resto; si sale a competir, golpea a los demás productores.

Los grandes bancos de los países desarrollados imitan y tratan de coordinar con los de Estados Unidos; si los de este quiebran, los de aquellos también, y se devoran unos a otros.

Los paraísos fiscales prosperan; los pueblos sufren. ¿Acaso así podría garantizarse el bienestar de la humanidad?

Fidel Castro Ruz

Septiembre 18 de 2008

8 y 46 p.m.

Wednesday, September 17, 2008

El papel de bueno, ¿a costa de quién?

Cuando el gobierno de Estados Unidos ofreció hipócritamente 100 mil dólares como ayuda frente a la catástrofe ocasionada por el huracán Gustav previa inspección in situ para comprobar daños, se le respondió que Cuba no podía aceptar donación alguna del país que nos bloquea; que ya habían sido calculados los daños y lo que reclamábamos era que no se prohibiera la exportación de los materiales indispensables y los créditos asociados a las operaciones comerciales.

Algunos en el Norte se desgañitaron gritando que era inconcebible el rechazo de Cuba.

Cuando el Ike pocos días después azotó el país desde Punta de Maisí al Cabo de San Antonio, los vecinos del Norte fueron un poco más hábiles. Dulcificaron el lenguaje. Hablaron de aviones listos para partir con productos por valor de cinco millones de dólares; que no sería necesario evaluar, porque ya lo habían hecho por sus propios medios, que no pueden ser otros que los de espiar a nuestro país. Esta vez sí que pondrían en aprietos a la Revolución ―pensaban―; si se atrevían a rechazar la oferta, se buscarían problemas con la población. Tal vez se creyeron que nadie había visto las imágenes divulgadas por la televisión de Estados Unidos cuando las fuerzas de ocupación de la ONU repartían alimentos en Haití a la población hambrienta que se los disputaba a través de una cerca de alambres de púa, dando lugar incluso a niños heridos.

El hambre en ese país es fruto del saqueo histórico y despiadado de los pueblos. Allí mismo, en Gonaïve, nuestros médicos arriesgaban su vida asistiendo a la población de esa ciudad, así como lo hacen en casi el ciento por ciento de los municipios de esa nación. Esa cooperación prosigue allí como en decenas de naciones del mundo, a pesar de los huracanes. A la nueva y astuta Nota, se le respondió categóricamente: “nuestro país no puede aceptar una donación del gobierno que nos bloquea, aunque está dispuesto a comprar los materiales indispensables que las empresas norteamericanas exportan a los mercados, y solicita la autorización para el suministro de los mismos, así como de los créditos que son normales en todas las operaciones comerciales.

“Si el gobierno de Estados Unidos no desea hacerlo definitivamente, el de Cuba solicita que al menos lo autorice durante los próximos seis meses, en especial si se toman en cuenta los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike, y que aún faltan los meses más peligrosos de la temporada ciclónica.”

No se hacía con altanería, porque no es el estilo de Cuba. En la propia Nota se puede apreciar cómo se expresaba con modestia la idea de que nos bastaba con que se suspendiera la prohibición por un limitado período de tiempo.

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, descartó el viernes 12 que se levantara de forma temporal el bloqueo.

Es obvio que el gobierno de ese poderoso país no puede comprender que la dignidad de un pueblo no tiene precio. La ola de solidaridad con Cuba, que abarca a países grandes y pequeños, con recursos y hasta sin recursos, desaparecería el día en que Cuba dejara de ser digna. Se equivocan rotundamente los que en nuestro país se disgusten por ello. Si en vez de cinco millones fuesen mil millones, se encontrarían la misma respuesta. El daño en miles de vidas, sufrimientos y más de 200 mil millones de dólares que han costado el bloqueo y las agresiones yanquis, no pueden pagarse con nada.

En el informe oficial parcial se le explicó al pueblo que en menos de diez días el país había sido afectado en más de cinco mil millones de dólares. Pero también se explicó que esas cifras eran a precios históricos y convencionales, que nada tenían que ver con la realidad. No debe ser olvidada nunca la explicación bien clara de que “los cálculos de las pérdidas en viviendas son sobre la base de precios históricos y convencionales, y no los valores reales a precios internacionales. Baste señalar que para disponer de una vivienda duradera que resista los más fuertes vientos, se requiere un elemento indispensable que escasea mucho: la fuerza de trabajo. Esta se necesita lo mismo para una reparación temporal que para una construcción duradera. Dicha fuerza hay que repartirla en todos los demás centros de producción y servicios, algunos significativamente dañados, por lo que el valor real de una vivienda en el mundo y la amortización de la inversión correspondiente es muchas veces mayor.”

El golpe de la naturaleza fue contundente, pero también es alentador conocer que no habrá tregua ni descanso en nuestra lucha.

La crisis económica que golpea a Estados Unidos, y como consecuencia a los demás pueblos del mundo, no tiene respuesta definitiva; en cambio, sí la tienen los desastres naturales en nuestro país y todo intento de poner precio a nuestra dignidad.



Fidel Castro Ruz

Septiembre 16 de 2008

7 y 54 p.m.

Thursday, September 11, 2008

Carta de Fidel a Randy Alonso, director del programa informativo “Mesa Redonda”

Querido Randy:

La Mesa Redonda de ayer fue especialmente interesante y muy valiosa la información. Es una lástima que a esa hora la isla entera estuviese sin electricidad, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Solo algunas casas familiares, que resisten fuertes vientos, del Reparto "Camilo Cienfuegos", tenían luz. Allí llegaba el cable soterrado conectado con el grupo electrógeno del Hospital "Luis Díaz Soto".

Cuando esa vital energía de nuestra época está ausente, todo falta y nada funciona. Nos hace añorar el día en que todas las viviendas capaces de resistir huracanes, de las que hablé hace unos días, reciban electricidad por vía soterrada. Desgraciadamente, eso llevará tiempo y grandes gastos.

Por un segundo imaginé qué habría sido de los habitantes de nuestra isla ante un desastre natural como el que acaba de ocurrir, sin la Defensa Civil y los puntos vitales de servicios a la población, como hospitales, policlínicos, panaderías, centros de información y otras actividades similares, no hubiesen dispuesto de energía eléctrica.

Las imágenes de hogares e instalaciones destruidas, las cosechas arruinadas, los árboles derribados, los ríos desbordados, las casas invadidas por las aguas en territorios llanos, personas arrastradas por la fuerza de las corrientes rápidas de agua y salvadas con desesperados esfuerzos, eran desoladoras. Pienso que deberían retransmitirse en el futuro algunas de ellas para que los que tenían sus televisores apagados las puedan presenciar.

No debieran olvidarse nunca las escenas de los hombres de las Fuerzas Armadas y sus tropas especializadas llevando a cabo misiones de ayuda y de apoyo a la población y a las víctimas. Impresionaban las acciones del Cuerpo de Bomberos arriesgando la vida, en peligrosas corrientes de agua, para ayudar a sus compatriotas.

Hace falta entrenamiento riguroso y valentía para cumplir esas tareas. Solo en circunstancias excepcionales se conoce que esos hombres existen y se preparan en silencio para los momentos críticos. Confieso que fueron emocionantes las escenas en que José Ramón Machado Ventura y Ramón Espinosa Martín, Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Jefe del Ejército Oriental, respectivamente, curtidos por la lucha, junto a compañeros más jóvenes, presidentes de los Consejos de Defensa, visitaban sin descanso los lugares más golpeados e indicaban de inmediato las medidas a tomar. Otro tanto ocurría con otros altos dirigentes del Partido, junto a Joaquín Quinta Solá, ex Jefe del Ejército Central y actual Viceministro de las FAR y Leopoldo Cintra Frías, Jefe del Ejército Occidental, y los presidentes de los Consejos de Defensa en provincias y municipios visitados.

Vi con más claridad que nunca el valor de los símbolos. Las banderas cubanas brillaban como nunca antes sobre los hombros de los cuadros del Partido, fuesen mujeres u hombres, en la hora de la prueba difícil. Son los factores subjetivos sin los cuales todo estaría perdido y sin los cuales no sería posible la victoria.

El trabajo de los reporteros que no dormían ni descansaban, desafiando a veces lluvias y vientos, ha sido excelente, informando al país de los acontecimientos, transmitiendo verdades, ejemplos y experiencias que nos hacen sentir que somos parte de una comunidad nacional intervinculada con todos los habitantes del planeta. Los pueblos nos hacen llegar sus mensajes de solidaridad, aunque gran parte sufre de la pobreza y los azotes de la naturaleza que las sociedades de consumo y sus tecnologías sofisticadas están conduciendo a un punto incompatible con la propia supervivencia humana.

Vendrá ahora el análisis de los factores objetivos, el uso racional y óptimo de los recursos materiales y humanos; qué debe hacerse en cada lugar concreto, dónde debe o no invertirse; qué hacer con cada centavo; responder a cada pregunta de lo que debe hacerse en situaciones de emergencia y en circunstancias de normalidad en que todo vuelve a su cauce, agua y aire, y la vida normal de niños, adolescentes y adultos sigue adelante, preparados siempre para luchar y vencer sin desanimarnos jamás ante las adversidades de hoy o de mañana.

¡Nuestro deber es vencer!

Fidel Castro Ruz

Septiembre 10 de 2008

12 y 14 p.m.