Saturday, February 23, 2008

¿Quién quiere entrar en el basurero?

Por casualidad me enteré de que la OEA existía, al leer hoy un cable de Internet con el artículo de Georgina Saldierna, publicado en La Jornada, titulado "Descarta Insulza que Cuba pueda ser reaceptada de inmediato en la OEA". Nadie se acordaba de ella. Véase el carácter antediluviano del argumento.

"El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, descartó ayer que Cuba se pueda reincorporar de inmediato al organismo multilateral, entre otras razones porque no hay consenso sobre el tema entre sus miembros."

"Por su lado, Insulza consideró que un requisito que tendría que cumplir Cuba para su plena reincorporación a la OEA es atender las normas de la organización, entre las cuales se incluye la Carta Democrática Interamericana y la Convención de Derechos Humanos."

Si no es suficiente para divertirse, vea el artículo de Antonio Caño, de El País el 21 de febrero de 2008, "El aislamiento de la isla sólo sirve para perpetuar la agonía del régimen".

"Una de las voces más autorizadas del exilio cubano, el empresario Carlos Saladrigas, confía en que la dimisión de Fidel Castro puede ser ‘la puerta que abre definitivamente al cambio’ y pide a la comunidad cubana de Miami y al Gobierno de Estados Unidos que actúen con ‘prudencia’ y con ‘voluntad conciliadora’, con el fin de no desaprovechar esta oportunidad.

"Saladrigas, que preside una pequeña organización llamada Grupo de Estudios Cubanos, integrada en un colectivo de otras asociaciones políticas y de derechos humanos conocido como Consenso Cubano, ha gastado en los últimos años millones de su fortuna particular para poner en marcha un embrión de alternativa moderada y centrista a los viejos dirigentes radicales que dominaban la comunidad cubana en Estados Unidos. En el páramo de liderazgo en que quedó Miami tras la muerte de Jorge Mas Canosa, Saladrigas es una voz respetada entre los círculos intelectuales, y escuchada por los medios de comunicación y los diplomáticos extranjeros.

"En una conversación telefónica desde la República Dominicana, Saladrigas declaró: ‘seguir aislando a Cuba sólo sirve para perpetuar la agonía del régimen.’

"‘Este es un momento de gran esperanza, tanto para los cubanos del exilio como para los disidentes en el interior.

"‘El exilio debe ayudar estimulando los pasos que se vayan dando en Cuba, no rechazándolos. Las transiciones se hacen paso a paso.

"‘Hay que conseguir que el régimen le pierda el miedo al exilio; cuanto menos miedo tenga, más rápido va a ir todo.’ El cambio, en su opinión, es imparable."

"En Florida vive un millón de cubanos con recursos suficientes como para revitalizar la maquinaria económica de la isla en muy poco tiempo si se dan las condiciones adecuadas, que deben de ser creadas tanto por Estados Unidos como por Cuba. El primero, levantando las restricciones a los ciudadanos norteamericanos para invertir en la isla, y el segundo, legalizando la propiedad privada y la actividad económica extranjera.

"Una vez que se den esas condiciones, en opinión de Saladrigas, las reformas políticas serán automáticas. La medida más urgente sería la liberación de los presos políticos. Cumplido eso, y abierta la puerta a la inversión, el exilio podría convertirse en el mayor fondo de ayuda que ninguna transición política ha conocido en la historia, afirma."

Carlos Saladrigas me suena en el oído como nombre y apellido que escuché muchas veces cuando, como colegial de 18 años, concluía mis estudios en el quinto y último curso de Bachillerato. Era el candidato escogido por Batista al terminar el último año de su mandato constitucional. Antes había sido su Primer Ministro. Estaba finalizando la segunda guerra mundial.

¡Qué barato nos quiere comprar el nuevo Carlos Saladrigas! Con el dinero de Miami, "el mayor fondo de ayuda que ninguna transición ha conocido en la historia", algo que Estados Unidos no ha podido lograr con todo el dinero del mundo.

La realidad es otra y esta no se oculta a los que observan con realismo los acontecimientos que tienen lugar en Cuba.

Un artículo de David Brooks, publicado hace menos de 12 horas en el diario La Jornada, de México, bajo el título "Estados Unidos relegado a simple espectador de la transición política en Cuba", utiliza argumentos dignos de subrayarse.

"Nueva York, 20 de febrero.—No cesa de asombrar cómo uno de los países más pequeños del mundo obliga a que los líderes políticos, empresariales, mediáticos y académicos del país más poderoso del mundo tengan que responder ante sus decisiones de hacer o no hacer, cambiar o no, o simplemente dejar todo en misterio.

"Durante las últimas 24 horas el presidente George W. Bush, los altos funcionarios de su Departamento de Estado, su Consejo de Seguridad Nacional, legisladores federales, los precandidatos presidenciales y otras figuras políticas de primer nivel, analistas políticos y los principales centros de política exterior, todos los principales medios impresos y electrónicos, agrupaciones de derechos humanos, y más, han respondido a la decisión de Fidel Castro de no postularse por otro período.

"Mientras se procede con una transición política en Cuba, nadie aquí espera algún cambio durante los pocos meses que quedan de la presidencia de George W. Bush, el décimo presidente estadounidense que prometió imponer cambios en la isla, sólo para acabar su período con Fidel Castro aún definiendo la política de su propio país y desafiando al superpoder.

"Y una vez más, Washington y todos los expertos fueron reducidos a simples espectadores y tuvieron que reconocer que la transición es la determinada por Cuba, y no el resultado de la política que Washington ha promovido durante medio siglo."

"Julia Sweig, experta en la relación bilateral y directora del programa de América Latina para el Council on Foreign Relations, subrayó¼ que se debería haber levantado el embargo y otras restricciones que sólo han limitado a la política exterior estadounidense justo en este tipo de coyuntura.

"El ex coronel Lawrence Wilkerson —mano derecha del general Colin Powell y ahora copresidente de la Iniciativa de política EU-Cuba del New America Foundation—, consideró una vez más que esta coyuntura ofrece una oportunidad para cambiar la postura estadounidense, aunque admitió que ‘nuestra política hacia Cuba es un fracaso’ y no habrá ningún cambio bajo esta presidencia. Los precandidatos y otros deberían iniciar una evaluación de esta política, incluyendo cosas obvias como levantar la prohibición de viajes y algunos aspectos del embargo, para que el próximo ocupante de la Casa Blanca pueda implementar algunos cambios.

"El New York Times hace eco de estas perspectivas en su editorial de hoy, indicando que el gobierno de Bush ha hecho todo lo posible ‘para asegurar que no tiene la oportunidad de influir en los eventos’ en Cuba. ‘En nombre de apretar el fracasado embargo, ha hecho mucho más difícil para académicos, artistas y gente religiosa viajar a Cuba y difundir la buena palabra sobre la democracia.’ El Times propone dejar a un lado los intereses de Miami, aun si es particularmente difícil en un año electoral para abrir comunicación directa con Cuba y ‘los sucesores del señor Castro’.

"Con el anuncio de Castro desde La Habana, la dinámica política dentro de Estados Unidos también puede cambiar. Los tres principales precandidatos se pronunciaron sobre el asunto ayer, con el republicano John McCain y la demócrata Hillary Clinton repitiendo la retórica de siempre de que Cuba tiene que demostrar cambios antes de que Washington considere un cambio de su política.

"El demócrata Barack Obama —quien en 2003 como candidato al Senado abogó por levantar el embargo— ha condicionado su posición ahora, pero es el único que ha favorecido aflojar las restricciones a viajes y el envío de fondos a la isla, y ayer dijo que si hay muestras de un cambio hacia la democratización en la isla, ‘Estados Unidos debe estar preparado para dar pasos hacia la normalización de las relaciones y suavizar el embargo’."

"‘Hemos tenido una mala política durante 50 años, por razones que no tienen nada que ver con Cuba’, declaró el representante federal Charles Rangel, presidente de uno de los comités más influyentes del Congreso, reportó el Wall Street Journal. Varios legisladores más perciben este momento como una apertura posible para promover cambios en la política bilateral.

"El sector empresarial, que desde hace años ha manifestado su oposición al embargo, también podría ver esta como una oportunidad para redoblar esfuerzos para cambiar la política estadounidense, con el apoyo bipartidista de legisladores y gobernadores que ven el mercado cubano como algo más atractivo que mantener una posición ideológica alineada con un presidente y su gobierno cada vez más desprestigiado en Washington.

"Al parecer, la transición en Cuba podría provocar una transición dentro de Estados Unidos. Pero tal vez Washington y Miami son más renuentes al cambio que La Habana."

Como pueden apreciar los lectores, he trabajado poco mientras espero la decisión trascendente del 24.

Ahora sí estaré varios días sin usar la pluma.

Fidel Castro Ruz
Febrero 22 de 2008
5 y 56 p.m.

Friday, February 22, 2008

Lo que escribí el martes 19

Ese martes no hubo noticia internacional fresca. Mi modesto mensaje al pueblo, del lunes 18 de febrero, no tuvo dificultad para divulgarse con amplitud. Desde las 11 de la mañana comencé a recibir noticias concretas. La noche anterior había dormido como nunca. Tenía la conciencia tranquila y me había prometido unas vacaciones. Los días de tensión, esperando la proximidad del 24 de febrero, me dejaron exhausto.

No diré hoy una palabra de personas entrañables en Cuba y en el mundo que de mil formas diferentes expresaron sus emociones. Recibí igualmente un elevado número de opiniones recogidas en la calle con métodos confiables, las que casi sin excepción, y de forma espontánea, vertieron sus más profundos sentimientos de solidaridad. Algún día abordaré el tema.

En este instante me dedico al adversario. Disfruté observando la posición embarazosa de todos los candidatos a Presidente de Estados Unidos. Se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector. Ni que yo fuera Premio Pulitzer interrogándolos en la CNN sobre los más delicados asuntos políticos e incluso personales, desde Las Vegas, donde reina la lógica del azar de las ruletas de juego y adonde hay que asistir humildemente si alguien aspira a Presidente.

Medio siglo de bloqueo les parecía poco a los predilectos. ¡Cambio, cambio, cambio!, gritaban al unísono.

Estoy de acuerdo, ¡cambio!, pero en Estados Unidos. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. ¡No regresar jamás al pasado!, exclama nuestro pueblo.

¡Anexión, anexión, anexión!, responde el adversario; es lo que en el fondo piensa cuando habla de cambio.

Martí, rompiendo el secreto de su lucha silenciosa, denunció el imperio voraz y expansionista ya descubierto y descrito por su genial inteligencia, más de un siglo después de la declaración revolucionaria de independencia de las 13 colonias.

No es lo mismo el fin de una etapa que el inicio del fin de un sistema insostenible.

De inmediato las menguadas potencias europeas aliadas a ese sistema proclaman las mismas exigencias. A su juicio había llegado la hora de danzar con la música de la democracia y la libertad que, desde los tiempos de Torquemada, jamás realmente conocieron. El coloniaje y el neocoloniaje de continentes enteros, de donde extraen energía, materias primas y mano de obra baratas, los descalifican moralmente.

Un ilustrísimo personaje español, antaño ministro de Cultura e impecable socialista, hoy y desde hace rato vocero de las armas y la guerra, es la síntesis de la sinrazón pura. Kosovo y la declaración unilateral de independencia los golpea en este instante como impertinente pesadilla.

En Iraq y Afganistán siguen muriendo hombres de carne y hueso con uniformes de Estados Unidos y la OTAN. El recuerdo de la URSS, desintegrada en parte por la aventura intervencionista en el segundo de los dos países, persigue a los europeos como una sombra.

Bush padre postula a McCain como su candidato, mientras Bush hijo, en un país de África —origen del hombre ayer y continente mártir hoy— donde nadie conoce lo que hace allí, dijo que mi mensaje era el inicio del camino de la libertad de Cuba, es decir, la anexión decretada por su gobierno en voluminoso y enorme texto.

El día antes, por la televisión internacional, se mostraba un grupo de bombarderos de última generación realizando maniobras espectaculares, con garantía total de que, bombas de cualquier tipo, pueden ser lanzadas sin que los radares detecten las naves portadoras y ni se considere crimen de guerra.

Una protesta de importantes países se relacionaba con la idea imperial de probar un arma, con el pretexto de evitar la posible caída sobre el territorio de otro país de un satélite espía, de los muchos artefactos que con fines militares Estados Unidos ha ubicado en la órbita del planeta.

Pensaba dejar de escribir una reflexión por lo menos en 10 días, pero no tenía derecho a guardar silencio tanto tiempo. Hay que abrir fuego ideológico sobre ellos.

Escribí esto a las 3 y 35 p.m. del martes. Ayer lo revisé y hoy jueves por la tarde lo entregaré. He rogado encarecidamente que mis reflexiones sean publicadas en la página 2 o cualquier otra de nuestros periódicos, nunca en primera plana, y hacer síntesis sencillas en los demás medios si son extensas.

Estoy enfrascado ahora en el esfuerzo por hacer constar mi voto unido en favor de la Presidencia de la Asamblea Nacional y del nuevo Consejo de Estado, y cómo hacerlo.

Doy las gracias a los lectores por su paciente espera.

Fidel Castro Ruz

Febrero 21 de 2008

6 y 34 p.m.

Tuesday, February 19, 2008

Mensaje del Comandante en Jefe

Queridos compatriotas:

Les prometí el pasado viernes 15 de febrero que en la próxima reflexión abordaría un tema de interés para muchos compatriotas. La misma adquiere esta vez forma de mensaje.

Ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.

Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la Constitución Socialista por voto libre, directo y secreto de más del 95% de los ciudadanos con derecho a votar. La primera Asamblea Nacional se constituyó el 2 de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado y su Presidencia. Antes había ejercido el cargo de Primer Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse de las prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra revolucionaria con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo.

Conociendo mi estado crítico de salud, muchos en el exterior pensaban que la renuncia provisional al cargo de Presidente del Consejo de Estado el 31 de julio de 2006, que dejé en manos del Primer Vicepresidente, Raúl Castro Ruz, era definitiva. El propio Raúl, quien adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R. por méritos personales, y los demás compañeros de la dirección del Partido y el Estado, fueron renuentes a considerarme apartado de mis cargos a pesar de mi estado precario de salud.

Era incómoda mi posición frente a un adversario que hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada me agradaba complacerlo.

Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho, obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas físicas suficientes para escribir largas horas, las que compartía con la rehabilitación y los programas pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance. Por otro lado me preocupó siempre, al hablar de mi salud, evitar ilusiones que en el caso de un desenlace adverso, traerían noticias traumáticas a nuestro pueblo en medio de la batalla. Prepararlo para mi ausencia, sicológica y políticamente, era mi primera obligación después de tantos años de lucha. Nunca dejé de señalar que se trataba de una recuperación “no exenta de riesgos”.

Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer.

A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

En breves cartas dirigidas a Randy Alonso, Director del programa Mesa Redonda de la Televisión Nacional, que a solicitud mía fueron divulgadas, se incluían discretamente elementos de este mensaje que hoy escribo, y ni siquiera el destinatario de las misivas conocía mi propósito. Tenía confianza en Randy porque lo conocí bien cuando era estudiante universitario de Periodismo, y me reunía casi todas las semanas con los representantes principales de los estudiantes universitarios, de lo que ya era conocido como el interior del país, en la biblioteca de la amplia casa de Kohly, donde se albergaban. Hoy todo el país es una inmensa Universidad.

Párrafos seleccionados de la carta enviada a Randy el 17 de diciembre de 2007:

“Mi más profunda convicción es que las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana, que posee un promedio educacional cercano a 12 grados, casi un millón de graduados universitarios y la posibilidad real de estudio para sus ciudadanos sin discriminación alguna, requieren más variantes de respuesta para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos.

“Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir.

“Pienso como Niemeyer que hay que ser consecuente hasta el final.”

Carta del 8 de enero de 2008:

“...Soy decidido partidario del voto unido (un principio que preserva el mérito ignorado). Fue lo que nos permitió evitar las tendencias a copiar lo que venía de los países del antiguo campo socialista, entre ellas el retrato de un candidato único, tan solitario como a la vez tan solidario con Cuba. Respeto mucho aquel primer intento de construir el socialismo, gracias al cual pudimos continuar el camino escogido.”

“Tenía muy presente que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, reiteraba en aquella carta.

Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una responsabilidad que requiere movilidad y entrega total que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo explico sin dramatismo.

Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy jóvenes cuando se inició la primera etapa de la Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los combatientes de las montañas y después, con su heroísmo y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria al país. Cuentan con la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. Dispone igualmente nuestro proceso de la generación intermedia que aprendió junto a nosotros los elementos del complejo y casi inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución.

El camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos. Desconfío de las sendas aparentemente fáciles de la apologética, o la autoflagelación como antítesis. Prepararse siempre para la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito como firmes en la adversidad es un principio que no puede olvidarse. El adversario a derrotar es sumamente fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio siglo.

No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título “Reflexiones del compañero Fidel” . Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso.

Gracias,


Fidel Castro Ruz

18 de febrero de 2008

5 y 30 p.m.

Saturday, February 16, 2008

El Candidato Republicano

(Quinta y última parte)

Los artículos señalados en la reflexión de ayer, 14 de febrero, fueron escritos en los últimos dos o tres días.

Hace más de dos semanas, el 27 de enero de 2008, la publicación digital Tom Dispatch reprodujo un artículo, traducido para Rebelión por Germán Leyens: La crisis de la deuda es la mayor amenaza para Estados Unidos, de Chalmers Johnson. Este autor norteamericano no ha sido previamente distinguido con el Nobel, como Joseph Stiglitz, prestigioso y reconocido economista y escritor, o el propio Milton Friedman, inspirador del neoliberalismo que condujo a muchos países por ese desastroso camino, incluido Estados Unidos.

Friedman fue el más activo defensor del liberalismo económico opuesto a cualquier regulación gubernamental. Sus ideas nutrieron a Margaret Thatcher, y a Ronald Reagan. Miembro activo del Partido Republicano, asesoró a Richard Nixon, Ronald Reagan y Augusto Pinochet, de siniestra historia. Murió en noviembre de 2006 a los 94 años. Escribió numerosas obras, entre ellas Capitalismo y Libertad.

Cuando hablo del artículo de Chalmers Johnson, me atengo estrictamente a los argumentos irrebatibles utilizados por él. Empleo el método de seleccionar textualmente párrafos esenciales.

“Al llegar 2008, el propio Estados Unidos se encuentra en la posición anómala de no poder pagar por sus propios altos niveles de vida o su derrochador, exageradamente grande, establishment militar. Su gobierno ni siquiera trata de reducir los ruinosos gastos de mantener enormes ejércitos permanentes, reemplazar equipos que han sido destruidos o gastados en siete años de guerra, o de preparar una guerra en el espacio exterior contra adversarios desconocidos. En su lugar, el gobierno de Bush posterga esos costos para que sean pagados —o repudiados— por futuras generaciones. Esta irresponsabilidad fiscal ha sido disfrazada usando numerosas artimañas financieras manipuladoras —como llevar a países más pobres a que nos presten sumas sin precedentes—, pero viene rápidamente el momento del ajuste de cuentas.

“Ha habido tres amplios aspectos en nuestra crisis de la deuda. Primero, en este año fiscal 2008 estamos gastando cantidades demenciales de dinero en proyectos de ‘defensa’ que no tienen que ver con la seguridad nacional de Estados Unidos. Simultáneamente, mantenemos los impuestos sobre los ingresos de los segmentos más ricos de la población estadounidense a niveles sorprendentemente bajos.

“En segundo lugar, seguimos creyendo que podemos compensar la erosión acelerada de nuestra base manufacturera y nuestra pérdida de puestos de trabajo a países extranjeros mediante masivos gastos militares...”

“Tercero, en nuestra devoción por el militarismo, dejamos de invertir en nuestra infraestructura social y otros requerimientos para la salud a largo plazo de nuestro país...”

“Nuestro sistema de educación pública se ha deteriorado de modo alarmante. No hemos asegurado la atención sanitaria de todos nuestros ciudadanos y hemos desatendido nuestra responsabilidad como el contaminador número uno del mundo. Lo que es más importante: hemos perdido nuestra competitividad como fabricantes para necesidades civiles —un uso infinitamente más eficiente de recursos escasos que la fabricación de armas...”

“Es virtualmente imposible exagerar el despilfarro que constituyen los gastos de nuestro gobierno en las fuerzas armadas. Los gastos planificados por el Departamento de Defensa para el año fiscal 2008 son mayores que todos los demás presupuestos militares combinados. El presupuesto suplementario para pagar por las actuales guerras en Iraq y Afganistán es en sí mayor que los presupuestos militares combinados de Rusia y China. Los gastos relacionados con la defensa para el año fiscal 2008 excederán el millón de millones de dólares por primera vez en la historia, y Estados Unidos se ha convertido en el mayor vendedor por sí solo de armas y municiones a otras naciones en la Tierra...”

“Las cifras publicadas por el Servicio de Referencia del Congreso y la Oficina del Presupuesto del Congreso no coinciden las unas con las otras...”

“Hay numerosas razones para esta prestidigitación presupuestaria —incluyendo un deseo de mantener el secreto por parte del Presidente, del Secretario de Defensa, y del complejo militar-industrial—, pero el motivo principal es que miembros del Congreso, que se benefician enormemente de los puestos de trabajo en la defensa y de proyectos oportunistas para congraciarse con el electorado en sus distritos, tienen un interés político en el apoyo al Departamento de Defensa...”

“Por ejemplo, 23.400 millones de dólares para el Departamento de Energía van al desarrollo y mantenimiento de ojivas nucleares; y 25.300 millones de dólares en el presupuesto del Departamento de Estado son gastados en ayuda militar al extranjero...”

“El Departamento de Asuntos de Veteranos recibe actualmente por lo menos 75.700 millones de dólares, 50 por ciento de los cuales van para la atención a largo plazo de los terriblemente heridos entre los por lo menos 28.870 soldados heridos hasta ahora en Iraq y 1.708 en Afganistán.

“Otros 46.400 millones de dólares son destinados al Departamento de Seguridad Interior; 1.900 millones de dólares del Departamento de Justicia para las actividades paramilitares del FBI, 38.500 millones de dólares para el Departamento del Tesoro destinados al Fondo de Retiro de las Fuerzas Armadas; 7.600 millones para las actividades relacionadas con las fuerzas armadas de la NASA; y bastante más de 200.000 millones en intereses por pasados desembolsos financiados con deudas. Esto lleva los gastos de Estados Unidos para su establishment militar durante el actual año fiscal (2008), calculados de modo conservador, a por lo menos 1,1 millón de millones de dólares.

“Semejantes gastos no son sólo obscenos desde el punto de vista moral, sino que son insostenibles desde el punto de vista fiscal. Numerosos neoconservadores y estadounidenses patrióticos mal informados creen que, incluso si nuestro presupuesto de defensa es inmenso, nos lo podemos permitir porque somos el país más rico de la Tierra... Esa declaración ya carece de valor. La entidad política más rica del mundo, según el Libro mundial de datos, de la CIA, es la Unión Europea. El PIB de la Unión Europea en 2006 fue calculado como ligeramente superior al de Estados Unidos. El PIB en 2006 de China fue sólo ligeramente inferior al de Estados Unidos, y Japón fue el cuarto país más rico del mundo.

“Una comparación más convincente, que revela hasta qué punto nos va peor, puede ser encontrada en las ‘cuentas corrientes’ de varias naciones. La cuenta corriente mide el superávit comercial neto o déficit de un país, más los pagos internacionales de intereses, royalties, dividendos, capital de ganancias, ayuda extranjera, y otros ingresos. Para que Japón fabrique algo, debe importar todas las materias primas necesarias. Después de hacer ese increíble gasto, todavía logra un superávit comercial de 88.000 millones de dólares por año con Estados Unidos y goza del segundo balance de cuenta corriente del mundo por su tamaño. China es el número uno. Estados Unidos es el número 163 —el último de la lista, peor que países como Australia y el Reino Unido, que también tienen grandes déficit comerciales. Su déficit de cuenta corriente en 2006 fue de 811.500 millones de dólares; el segundo peor fue el de España con 106.400 millones de dólares. Esto es lo que es insostenible...”

“Nuestros excesivos gastos militares no se desarrollaron sólo en unos pocos años. Lo han hecho durante mucho tiempo siguiendo una ideología superficialmente plausible y ahora comienzan a hacer estragos. La llamo ‘keynesianismo militar’. Es la determinación de mantener una economía de guerra permanente y de tratar a la producción militar como si fuera un producto económico ordinario, aunque no haga ninguna contribución ni a la producción ni al consumo...

“La Gran Depresión de los años treinta había sido superada sólo por el auge de la producción de guerra de la Segunda Guerra Mundial...

“Con este concepto, los estrategas estadounidenses comenzaron a crear una masiva industria de municiones, tanto para contrarrestar el poder militar de la Unión Soviética —que exageraron consistentemente— como para mantener el pleno empleo y prevenir un posible retorno de la Depresión. El resultado fue que, bajo el liderazgo del Pentágono, se crearon industrias enteramente nuevas para fabricar grandes aviones, submarinos a propulsión nuclear, ojivas nucleares, misiles balísticos intercontinentales, y satélites de vigilancia y de comunicaciones. Esto llevó a aquello contra lo que advirtió el presidente Eisenhower en su discurso de despedida del 6 de febrero de 1961: ‘La conjunción de un inmenso establishment militar y de una gran industria de armamentos es nueva en la experiencia estadounidense’ —es decir, el complejo militar-industrial.

“En 1990, el valor de las armas, del equipamiento, y de las fábricas dedicadas al Departamento de Defensa representaba un 83 por ciento del valor de todas las fábricas y equipos en la manufactura estadounidense...”

“La dependencia de Estados Unidos del keynesianismo militar ha progresado a pesar de que la Unión Soviética ya no existe...”

“La devoción al keynesianismo militar es, de hecho, una forma de lento suicidio económico...”

“El historiador Thomas E. Woods, Jr., observa que, durante los años cincuenta y sesenta, entre un tercio y dos tercios de todo el talento de investigación estadounidense fueron desviados hacia el sector militar...

“Entre los años cuarenta y 1996, Estados Unidos gastó por lo menos 5,8 millones de millones de dólares en el desarrollo, ensayo, y construcción de bombas nucleares. En 1967, el año pico del arsenal nuclear, Estados Unidos poseía unas 32.500 bombas atómicas y de hidrógeno movedizas...”

“Las armas nucleares no fueron sólo el arma secreta de Estados Unidos sino su arma económica secreta. En 2006, todavía teníamos 9.960 (de las más modernas). Actualmente no hay un uso juicioso para ellas, mientras que los millones de millones que fueron gastados en las mismas podrían haber sido utilizados para solucionar los problemas de seguridad social y atención sanitaria, educación de calidad y acceso a la educación a todos, para no hablar de la retención de puestos de trabajo altamente calificados dentro de la economía estadounidense...”

“Nuestro breve ejercicio como la ‘única superpotencia’ del mundo llegó a su fin.

“...Actualmente ya no somos el principal país prestamista del mundo. En los hechos somos ahora el mayor país deudor del mundo, y seguimos ejerciendo influencia sólo sobre la base de proezas militares.

“Parte del daño causado no podrá ser rectificado jamás.

“Hay algunos pasos que este país tiene que dar urgentemente. Incluyen que se revoquen los recortes de impuestos de Bush para los ricos de 2001 y 2003, que comencemos a liquidar nuestro imperio global de más de 800 bases militares, que eliminemos del presupuesto de defensa todos los proyectos que no estén relacionados con la seguridad nacional de Estados Unidos y que cesemos de utilizar el presupuesto de defensa como un programa keynesiano de creación de empleos. Si lo hacemos tendremos una posibilidad de librarnos por un pelo. Si no lo hacemos, enfrentamos la probable insolvencia nacional y una larga depresión.”

En una consulta en Internet sobre la obra de Johnson, ya la respuesta está diseñada para él. ¿Qué expresa? Algo que explico en muy apretada síntesis:

“Johnson está argumentando que Estados Unidos es su propio peor enemigo. ‘Más temprano que tarde, asegura él, la arrogancia de Estados Unidos provocará su caída’. El libro de Johnson está formado en gran medida por capítulos autónomos acerca de un número de temas vagamente relacionados.

“’El tiempo para evitar la bancarrota financiera y moral es corto’. Más tarde, llega a la conclusión siguiente: ‘Estamos al borde de perder la democracia en aras de mantener nuestro imperio’. Las obras de Johnson son descritas como ‘polémicas’... Mientras que muchos de nosotros nos hemos vuelto insensibles ante las atrocidades de la Casa Blanca, la indignación de Johnson con la Administración —sus memorandos de la tortura, su desprecio por la libre información pública, su burla de los tratados establecidos— es vívida. Esto puede deberse a sus antecedentes conservadores: teniente de la Marina en la década de los 50, asesor de la CIA de 1967 a 1973 y defensor por mucho tiempo de la guerra de Viet Nam, Johnson solo se horrorizó tardíamente del militarismo e intervencionismo norteamericano. Ahora escribe como si quisiera recuperar el tiempo perdido. La contribución más sobresaliente de Johnson al debate acerca del imperio norteamericano es su documentación de la vasta red de bases militares de Estados Unidos en el extranjero...

“’Hace muchos años se podía trazar la expansión del imperialismo por medio del conteo de colonias’, escribe Chalmers Johnson en Némesis: los últimos días de la república estadounidense. ‘La versión norteamericana de la colonia es la base militar...’

“Némesis es un libro acerca del poder duro. Al equiparar a las lejanas bases de Estados Unidos con las guarniciones de Roma, Johnson postula que las cosas no han cambiado mucho desde los días de César y Octavio. Pero con las armas nucleares desperdigadas entre las grandes potencias y las menores, el poderío militar solo puede lograr la destrucción mutua... Nuestras tropas están asediadas.”

“Cada uno de los eruditos capítulos de Johnson enseña tanto como perturba. Pero su jeremiada subyacente acerca de la muerte de la democracia, carece de fuerza analítica. Johnson mira de manera incrédula a ‘los que creen que la estructura de gobierno en el Washington de hoy tiene algún parecido con el esbozado en la Constitución de 1787’.

“Tal pesimismo parece exagerado. La República ha sobrevivido a Richard Nixon y a Edgar J. Hoover, y la democracia, a pesar de los golpes recibidos, sobrevivirá también a Bush.”

Los argumentos para responder concretamente al artículo suscrito por Johnson el 27 de enero requieren algo más que una declaración de fe en la democracia y la libertad. Johnson no inventó la Aritmética, que hasta un alumno de sexto grado conoce; tampoco la inventó el gran poeta chileno Pablo Neruda, también Premio Nobel. Estuvo muy cerca de no obtener un título universitario: constantemente preguntaba ?narra su biógrafo? cuánto era 8 por 5; nunca se acordaba de que era 40.

Hace varios meses, analizando cuidadosamente más de 400 páginas de la traducción de las memorias de Alan Greenspan, quien fuera 16 años Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, La era de la turbulencia —sobre la que prometí escribir algunas reflexiones y es ya agua pasada—, aprendí a conocer el secreto de sus enormes inquietudes: lo que comienza a suceder en la actualidad. En esencia, comprendía con claridad las consecuencias, terribles para el sistema, de imprimir billetes y gastar sin límites.

Deliberadamente no enfrenté a ninguno de los candidatos de ambos partidos al delicadísimo tema del cambio climático para no perturbar ilusiones y sueños. La publicidad nada incide en las leyes físicas y biológicas. Estas son menos comprensibles y más complicadas.

Expresé hace meses la seguridad de que el que más conocía sobre el tema del cambio climático y contaba con más popularidad no aspiraría a ser candidato a la Presidencia. Ya lo había sido y le arrebataron la victoria mediante escandaloso fraude. Comprendía los riesgos de la naturaleza y de la política. Es obvio que me refiero a Albert Gore. Es un buen termómetro. Hay que preguntarle cada día cómo durmió. Sus respuestas serán sin duda útiles para la desesperada comunidad científica; esta desea que la especie sobreviva.

En la próxima reflexión abordaré un tema de interés para muchos compatriotas, pero no lo adelantaré.

Pido perdón a los lectores por el tiempo y el espacio que ocupé durante cinco días con El Candidato Republicano.

Fidel Castro Ruz
Febrero 15 de 2008
8:26 p.m.

Friday, February 15, 2008

El candidato republicano


(Cuarta Parte )

Cuando en la anterior reflexión pregunté a McCain qué pensaba de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, lo hice porque tenía presente lo que publicó en la página 206 del libro Faith of My Fathers elaborado por él y su asistente Mark Salter:

"Es una cosa horrible la soledad. Comprime tu espíritu y debilita tu resistencia más eficazmente que cualquier otra forma de maltrato. Como no tienes nadie más en quien confiar, con quien compartir confidencias, a quien pedir consejo, comienzas a dudar sobre tus convicciones y tu coraje. Pero finalmente te acostumbras a la soledad como ante cualquier dificultad, diseñando varios métodos para mantener tus problemas alejados de la mente y aprovechar desmedidamente cualquier oportunidad para tener contacto humano."

"Cuando en 1970 mi período de confinamiento en solitario finalmente terminó, fui inundado por la compulsión de hablar sin parar... "

Si es un tema que a usted interesa, en Estados Unidos hay cinco prisioneros cubanos hoy, alejados uno del otro por miles de kilómetros. No cuentan con zona alguna a la que pudieran calificar irónicamente como "Hanoi Hilton". Sus sufrimientos y la injusticia de que son víctimas serán conocidos por el mundo, no le quepa la menor duda. Decidí reiterar el tema recordando que, en alguna entre sus muchas declaraciones, usted trataba de ubicar el lugar convertido en prisión de los pilotos de los bombarderos derribados cuando atacaban Viet Nam.

A mí me alojaron en la antigua residencia del Gobernador francés en toda Indochina cuando visité Viet Nam en 1973, país al que arribé el 12 de septiembre, después del acuerdo entre Estados Unidos y Viet Nam, al que usted alude. Allí me visitó Pham Van Dong, entonces Primer Ministro, que lloraba al recordar los sacrificios humanos y materiales impuestos a su país; de allí partí a visitar el Sur —todavía no totalmente liberado—hasta la Línea McNamara, donde los fortines de acero habían sido tomados por los combatientes vietnamitas, a pesar de los bombardeos y los incesantes ataques aéreos de Estados Unidos.

Los puentes, sin excepción, a lo largo del trayecto, visibles desde el aire entre Hanoi y el Sur, estaban efectivamente destruidos; las aldeas, arrasadas, y todos los días las granadas de las bombas de racimo lanzadas con ese fin, estallaban en los campos de arroz donde niños, mujeres e incluso ancianos de avanzada edad laboraban produciendo alimentos.

Un gran número de cráteres se observaban en cada una de las entradas de los puentes. No existían entonces las bombas guiadas por láser, mucho más precisas. Tuve que insistir para hacer aquel recorrido. Los vietnamitas temían que fuese víctima de alguna aventura yanqui si conocían de mi presencia en aquella zona. Pham Van Dong me acompañó todo el tiempo.

Sobrevolamos la provincia de Nghe-An, donde nació Ho Chi Minh. En esa provincia y la de Ha Tinh murieron de hambre en 1945, el último año de la Segunda Guerra Mundial, dos millones de vietnamitas. Aterrizamos en Dong Hoi. Sobre la provincia donde radica esa ciudad destruida se lanzaron un millón de bombas. Cruzamos en balsa el Nhat Le. Visitamos un puesto de asistencia a los heridos de Quang Tri. Vimos numerosos tanques M 48 capturados. Recorrimos caminos de madera en la que un día fue la Ruta Nacional destrozada por las bombas. Nos reunimos con jóvenes soldados vietnamitas que se llenaron de gloria en la batalla de Quang Tri. Serenos, resueltos, curtidos por el sol y la guerra, un ligero tic reflejo en el párpado del capitán del batallón. No se sabe cómo pudieron resistir tantas bombas. Eran dignos de admiración. Esa misma tarde del 15 de septiembre, regresando por ruta diferente, recogimos tres niños heridos, dos de ellos muy graves; una niña de 14 años estaba en estado de shock con un fragmento de metal en el abdomen. Los niños trabajaban la tierra cuando un azadón hizo contacto casual con la granada. Los médicos cubanos acompañantes de la delegación les dieron atención directa durante horas y les salvaron la vida. He sido testigo, señor McCain, de las proezas de los bombardeos a Viet Nam del Norte, de los cuales usted se enorgullece.

Por aquellos días de septiembre, Allende había sido derrocado; el Palacio de Gobierno fue atacado y muchos chilenos torturados y asesinados. El golpe fue promovido y organizado desde Washington.

Todo aquello sucedió desgraciadamente.

El problema fundamental en este momento es saber si el candidato republicano McCain está consciente de la crisis económica que, a corto plazo o de inmediato, atravesará Estados Unidos. Sólo desde ese punto de vista será posible evaluar a cualquier candidato con posibilidades de ascender a la jefatura de ese poderoso país.

La agencia internacional de noticias IAR publicó hace dos días, el 12 de febrero, un artículo firmado por Manuel Freytas, periodista, investigador y analista, titulado "Por qué una recesión en Estados Unidos se puede convertir en una crisis global."

No necesita muchos testimonios para argumentarlo.

"En el actual pronóstico sombrío de la economía estadounidense —escribe— coinciden instituciones claves del actual sistema económico-financiero como la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos, el Banco Mundial, el FMI, el G-7 (los siete países más ricos) y los bancos centrales de Europa y Asia, que ven en la confluencia crisis hipotecaria -derrumbe del dólar- escalada de los precios del petróleo, detonante central potencial de un proceso recesivo del capitalismo a escala mundial.

"El temor a una recesión en Estados Unidos y su impacto en la economía mundial... han impactado negativamente en la confianza de la élite económica y política del sistema.

"El jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, dijo que su país puede caer en un proceso recesivo y que enfrenta el doble reto de un mercado inmobiliario en caída, y al mismo tiempo la necesidad de cuidar que la inflación no aumente por los altos precios del petróleo y de los alimentos.

"La Organización de las Naciones Unidas advirtió en enero que existe un riesgo elevado de caer en una recesión económica global... "

"Los líderes de las más ricas y poderosas potencias del mundo acaban de advertir sobre una recesión en Estados Unidos con implicancias mundiales en el Foro de Davos, realizado en enero en los Alpes suizos, augurando sombríos pronósticos para este año.

"Los ministros de Finanzas y los bancos centrales de los siete países más ricos del mundo (G-7) estimaron el sábado pasado que sus economías iban a sufrir una desaceleración a corto plazo, según el comunicado final de una reunión en Tokio..."

"Hay dos elementos claves que explican por qué una crisis recesiva en Estados Unidos se proyectaría inmediatamente a toda la economía mundial, tanto en los países centrales como en los ‘emergentes’ y en los ‘periféricos’.

"a) En el actual modelo globalizado de economía mundial, Estados Unidos es el principal comprador y consumidor de productos y recursos energéticos, y representa el 22,5 por ciento de la economía mundial, según los últimos cálculos del Banco Mundial.

"b) La economía mundial capitalista está ‘dolarizada’. El dólar es la moneda patrón de todas las transacciones comerciales y financieras a escala global.

"Estos dos factores centrales explican por qué cualquier oscilación o desequilibrio económico-financiero que tenga a Estados Unidos como protagonista, impacta y se esparce inmediatamente por todo el ‘sistema’.

"Una crisis recesiva en Estados Unidos...impactaría inmediatamente a las bolsas y en los mercados globalizados del dinero... completando el ciclo del derrumbe del actual modelo de economía capitalista a escala global.

"El derrumbe del modelo rompería el equilibrio de la ‘gobernabilidad’ política y desataría una ola de conflictos sociales y sindicales que afectaría por igual tanto a Estados Unidos y a las potencias centrales como a los países ‘emergentes’."

Ayer 13 de febrero varios artículos de conocidos periodistas norteamericanos apuntaban en la misma dirección, aunque a partir de diferentes puntos de apoyo. Citaré solo dos de los cuales seleccioné párrafos que reflejan la actualidad e importancia de su contenido, a través de conceptos absolutamente accesibles para los niveles educacionales de nuestro pueblo.

Bajo el título "El modelo estadounidense es una idea a la que le ha llegado su hora", Amy Goodman, presentadora de Democracy Now, noticiero internacional diario difundido por más de 650 emisoras de radio y televisión en Estados Unidos y el mundo, escribió:

"Edward Kennedy, senador demócrata de Massachussetts, lo convirtió en un asunto personal: ‘¿El submarino sería una forma de tortura si se lo hicieran a usted?’ ‘Sentiría que sí’, respondió Mukasey (Fiscal General). Aunque esquivó preguntas antes y después de la de Kennedy, su respuesta a la pregunta personal sonaba auténtica.

"Nuestro Fiscal General no debería necesitar ser sometido al submarino para saber que es una forma de tortura.

"Suharto gobernó Indonesia durante más de 30 años, tras ser llevado al poder por el país más poderoso del planeta, Estados Unidos.

"Durante todo el régimen de Suharto, las administraciones estadounidenses —demócratas y republicanas— armaron, entrenaron y financiaron al Ejército indonesio. Además del millón de indonesios asesinados, otras cientos de miles de personas fueron también asesinadas durante la ocupación indonesia de Timor Oriental, un pequeño país 480 kilómetros al norte de Australia.

"El 12 de noviembre de 1991, mientras cubría una marcha pacífica de timorenses en Dili, la capital de Timor, el Ejército de ocupación de Suharto abrió fuego contra la multitud matando a 270 timorenses.

"Los soldados me patearon con sus botas y me golpearon con las culatas de sus rifles M-16, de fabricación estadounidense. Fracturaron el cráneo a mi compañero Allan Nairn, que por aquel entonces escribía para la revista The New Yorker.

"La organización Transparencia Internacional calculó que la fortuna de Suharto se situaba entre los 15 000 y los 35 000 millones de dólares. El actual embajador en Indonesia, Cameron Hume, alabó esta semana la memoria de Suharto, declarando: ‘El presidente Suharto estuvo al frente de Indonesia durante más de 30 años, un período durante el que Indonesia alcanzó un notable desarrollo económico y social.’

"Sea que se trate del submarino, de lanzar una guerra ilegal, o de retener a cientos de prisioneros sin cargos durante años en la bahía de Guantánamo o en cárceles secretas de la CIA en todo el mundo, eso me hace recordar las palabras de Mahatma Gandhi, uno de los más grandes líderes de la no-violencia en el mundo. ‘¿Qué les importa a los muertos, los huérfanos y los que pierden sus hogares,’ preguntaba, ‘si la destrucción sin sentido se lleva a cabo en el nombre del totalitarismo o en el santo nombre de la libertad o la democracia?’

"Cuando se le preguntó qué pensaba de la civilización occidental, Gandhi respondió: ‘Pienso que sería una buena idea.’"

El mismo día, en CounterPunch, Robert Weissman escribió otro artículo titulado "El vergonzoso estado de la Unión", traducido para Rebelión por S. Seguí, donde entre otras cosas afirmó:

"Estados Unidos dedica más de 700 000 millones de dólares anuales a gastos militares. Destina 506 900 millones de dólares al Departamento de Defensa, además de 189 400 millones de dólares a operaciones militares en Iraq y Afganistán.

"El Congreso ha aprobado cerca de 700 000 millones para las guerras de Afganistán e Iraq. No incluye los costes sociales: pérdidas de vidas, heridos, etcétera.

"Según algunos métodos de cálculo, más de la mitad del gasto federal discrecional va destinado ya a fines militares.

"La riqueza se está concentrando de manera vertiginosa.

"En 1976, el 1 por ciento más rico de la población recibía el 8,83 por ciento del ingreso nacional; en 2005, este porcentaje era del 21,93 por ciento.

"En la actual economía hiperfinanciera, son los gurús de las finanzas los que se están haciendo realmente ricos, a pesar de las enormes pérdidas que está acumulando Wall Street.

"Ni siquiera los bancos de inversión tradicionales pueden pagar las escandalosas compensaciones que reciben los gestores de fondos de capital privados, algunos de los cuales consiguen más de 1 000 millones de dólares en un solo año. Gracias a una estratagema fiscal, estos individuos pagan unos impuestos sobre sus ingresos que equivalen a menos de la mitad de lo que debe pagar un dentista que ingrese 200 000 dólares al año.

"Las grandes corporaciones se están haciendo con una parte mayor de la riqueza nacional.

"La burbuja inmobiliaria y el colapso de las hipotecas de alto riesgo (subprime) están expulsando a millones de familias de sus hogares.

"El Centro para un Endeudamiento Responsable considera que 2,2 millones de préstamos hipotecarios de alto riesgo concedidos durante los últimos años han terminado ya en quiebra o acabarán en ejecución hipotecaria. Las pérdidas derivadas de la caída de precios de la vivienda pueden alcanzar los 2 millones de millones de dólares.

"La brecha de riqueza entre blancos y negros no tiene visos de cerrarse, y de hecho está ensanchándose.

"Los ciudadanos estadounidenses de origen africano sólo alcanzarán la paridad con sus compatriotas blancos dentro de 594 años, según la asociación United for a Fair Economy. La catástrofe de las hipotecas de alto riesgo se está cebando especialmente en las comunidades minoritarias y está provocando lo que United for a Fair Economy estima como el mayor empobrecimiento de la gente negra en la moderna historia de Estados Unidos.

"Más de uno de cada seis niños vive en la pobreza.

"Más de 45 millones de personas no tienen seguro de enfermedad.

"El déficit comercial estadounidense alcanzó en 2006 la cifra de 763 600 millones de dólares. En algún momento este déficit comercial deberá equilibrarse. A medida que el dólar sigue perdiendo su valor, es de esperar una mayor inflación y más altos tipos de interés a medio plazo. El nivel de vida real, en términos económicos, descenderá.

"La eficiencia energética es hoy día peor que hace dos décadas.

"La infraestructura se está viniendo abajo. La Asociación de Ingenieros Civiles estima que harán falta 1,5 millones de millones de dólares, a lo largo de un período de cinco años, para devolver las infraestructuras del país a un estado aceptable.

"Esta situación es peor —en algunos casos mucho peor— que a comienzos del gobierno de George W. Bush, pero sus raíces se hunden en la política bipartidista llevada a cabo durante los tres decenios pasados, favorable a la desregulación, la entrega de activos públicos a las empresas privadas (privatización), la globalización corporativa, el carácter hiperfinanciero de la economía, unos gastos militares extravagantemente altos, las reducciones de impuestos a los ricos y los recortes de la red de seguridad social."

Robert Weissman, autor del artículo, es redactor jefe del Multinational Monitor, de Washington, D.C., y director de Essential Action.

Para no abusar de los lectores, falta sólo la quinta parte.

Fidel Castro Ruz
Febrero 14 de 2008
8:12 p.m.

Thursday, February 14, 2008

El candidato republicano



(Tercera Parte)

Dije ayer que, mientras Bush hablaba en el Congreso, McCain recibía homenajes en el restaurante Versailles de La Pequeña Habana.

Allí residieron y se instalaron con sus familias la mayoría de los más enconados enemigos de la Revolución Cubana, que fueron los batistianos, los grandes terratenientes, casatenientes y millonarios que tiranizaron y saquearon a nuestro pueblo. El gobierno de Estados Unidos los ha utilizado a su antojo para organizar a invasores y terroristas que a lo largo de casi 50 años ensangrentaron a nuestro país. A aquel flujo se sumaron después emigrantes ilegales, la Ley de Ajuste Cubano y el brutal bloqueo impuesto al pueblo de Cuba.

Es increíble que a estas alturas el candidato republicano, con honores de héroe, se convierta en instrumento de esa mafia. Nadie que se estime a sí mismo comete tan grave falta de ética.

Los representantes Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz- Balart, el senador, igualmente de origen cubano, Mel Martínez, el gobernador Charles Christ y el senador independiente Joseph Lieberman, se han convertido en puntales del candidato para tratar de ganar la Florida y en sus asesores principales para la política en América Latina.

¿Qué podrán esperar los latinoamericanos de tales consejeros?

Ros-Lehtinen caracterizó a McCain como "fuerte en defensa nacional" y "también comprende la amenaza que significa el régimen de Castro".

McCain tuvo participación destacada en una audiencia que realizó el 21 de mayo del 2002 sobre Cuba en el Subcomité de Asuntos de Consumo, Comercio Exterior y Turismo, del Comité de Ciencia y Transportación, en la que reiteró que nuestro país constituye una amenaza para Estados Unidos por su capacidad de producir armas biológicas, lo que James Carter demostró era ridículo.

Sobre medidas propuestas para flexibilizar los viajes a Cuba, McCain, en octubre de 2003, presentó una moción para interrumpir el debate en torno a estos tópicos.

Se destaca la gestión realizada en marzo de 2005 para presentar un proyecto legislativo bajo el título "Ley para el impulso de la democracia 2005", que autoriza financiamiento, refuerza la subversión, establece nuevas estructuras y propone mecanismos adicionales de presión contra Cuba.

En alusión a las avionetas piratas derribadas el 24 de febrero de 1996, declaró: "Si yo fuera Presidente de Estados Unidos, ordenaría una investigación del derribo de esos valientes que fueron asesinados bajo órdenes de Fidel y Raúl Castro, y los enjuiciaría".

En otra de sus caprichosas declaraciones expresó que "cuando hubiera libertad en Cuba, le gustaría enfrentarse a los cubanos que torturaron a algunos de sus compañeros durante la guerra de Viet nam". ¡Qué coraje el del obsesivo candidato!

Vayamos a la esencia de su pensamiento.

¿Qué educación política recibió? Ninguna. Se le instruyó como piloto de guerra a partir de las aptitudes físicas para manejar un avión de ataque. ¿Qué predominaba en él? La tradición familiar y sus fuertes motivaciones políticas.

En sus memorias afirma: "Mi padre llegó al alto mando cuando el comunismo había reemplazado al fascismo como la amenaza dominante a la seguridad norteamericana. Lo odió ferozmente y se dedicó a su aniquilamiento. Él creyó que estábamos bloqueados sin escape en una lucha —vida o muerte— con los soviéticos. Uno u otro lado acabaría por alcanzar la victoria total y el poderío naval resultaría crucial para el resultado. Él era categórico sobre este asunto."

"En 1965, choques violentos entre facciones beligerantes, una de las cuales se creía que era un frente comunista, habían puesto a la República Dominicana al borde de la guerra civil. El Presidente Johnson ordenó a mi padre comandar el asalto anfibio en la Operación Steel Pike 1, la invasión y ocupación de la nación caribeña. Dicha operación era controversial. Los críticos la juzgaron, con razón, como una intervención ilegal en los asuntos de una nación soberana. Mi padre, como era común en él, estaba impertérrito ante la oposición interna.

"‘Algunos condenaron la intervención por injustificada’, observó, ‘pero los comunistas estaban listos para intervenir y hacerse cargo. Puede ser que la gente no te ame por ser fuerte cuando tienes que serlo, pero te respetan por ello y aprenden a comportarse de acuerdo a esa actitud’.

"Su nombramiento posterior en las Naciones Unidas, fue considerado por la armada como un punto final y se consideraba su última misión. Era un Almirante de tres estrellas y las perspectivas de una cuarta estrella eran remotas. Dos años después le ordenaron marchar a Londres para asumir el mando de las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa. La cuarta estrella vino con este nombramiento. Antes de un año le dieron el mando de todas las fuerzas de Estados Unidos en el Pacífico, el mayor mando operacional militar del mundo."

Regresando McCain en su viaje de entrenamiento como cadete, pasó por el territorio ocupado de Guantánamo.

"Guantánamo en esos días antes de Castro era un lugar salvaje. Todos fuimos a tierra y nos dirigimos inmediatamente a las enormes tiendas de campaña que se habían instalado en la base como bares temporales, en las que se servía grandes cantidades de cerveza fuerte cubana y ponches de ron incluso más potentes a los que manifestaran sed y no pudieran ni pagarse el trago más barato."

"Me sentía orgulloso de graduarme de la Academia Naval. Pero en ese momento, la emoción que sentí más profundamente fue la de alivio. Ya me habían aceptado en Pensacola para un entrenamiento de vuelo. En aquellos días, solo había que aprobar el examen físico para calificar para el entrenamiento de vuelo, y estaba ansioso por hacerme a la vida de un despreocupado aviador de la Marina."

"En octubre de 1962, estaba justamente regresando a la base naval de Norfolk después de completar un despliegue en el Mediterráneo a bordo del Enterprise.

Mi escuadrón levantó vuelo del Enterprise y regresó a la Estación Aérea Naval Oceana mientras la nave entraba a Norfolk."

"Pocos días después de nuestro regreso, recibimos de improviso órdenes de volar de regreso al portaaviones. Nuestros superiores explicaron la insólita orden informándonos que un huracán se dirigía hacia nosotros."

"Todos nuestros aviones remontaron vuelo de vuelta al portaaviones en el curso de veinticuatro horas y nos dirigimos mar afuera. Además de nuestros A-1, el Enterprise tenía aviones de ataque de largo alcance, a los que típicamente les son dificultosos el despegue y el aterrizaje. Nos embarcamos en nuestro misterioso despliegue sin ellos."

"Nuestro jefe aéreo se dirigió a un representante del escuadrón y le dijo que no teníamos tiempo para esperar por todos sus aviones para aterrizar; algunos de ellos tendrían que regresar a su base.

"Yo estaba bastante desconcertado con la aparente urgencia de nuestra misión —nos habíamos movido precipitadamente en un día, dejando atrás algunos de nuestros aviones; el escuadrón de la Marina había recibido la orden de unirse a nosotros con el combustible suficiente para aterrizar o hacer un amarizaje. El misterio se resolvió cuando poco tiempo después todos los pilotos se reunieron en el salón multipropósito del Enterprise para escuchar la transmisión de un mensaje del Presidente Kennedy informando a la nación que los soviéticos estaban basificando misiles nucleares en Cuba."

Se estaba refiriendo esta vez a la conocida Crisis de Octubre de 1962, hace más de 45 años, que dejó en él deseos latentes de atacar a nuestro país.

"El Enterprise, navegando a toda velocidad impulsado por energía nuclear, fue el primer portaaviones norteamericano en llegar a las aguas frente a Cuba. Durante casi cinco días, los pilotos del Enterprise creímos que entraríamos en acción. Nunca antes habíamos combatido, y a pesar de la confrontación mundial que presagiaba un golpe contra Cuba, estábamos preparados y ansiosos de ejecutar nuestra primera misión de vuelo. La atmósfera a bordo de la nave era bastante tensa, pero no exageradamente. Por supuesto, en nuestro fuero interno estábamos muy excitados, pero mantuvimos nuestra compostura e imitamos la imagen típica de un lacónico, reservado y audaz norteamericano en guerra."

"Después de cinco días la tensión aflojó, cuando se hizo evidente que la crisis se resolvería de forma pacífica. No nos decepcionó no haber logrado nuestra primera experiencia de combate, pero se abrieron nuestros apetitos y avivaron nuestras fantasías. Anticipamos con avidez la ocasión de hacer lo que estábamos entrenados para hacer, y descubrir, al fin, si éramos lo bastante valientes para realizar la tarea."

Narra más adelante el accidente que se produjo en el portaaviones nuclear Forrestal cuando se encontraba en el Golfo de Tonkín. Ciento treinta y cuatro jóvenes norteamericanos, muchos con 18 y 19 años, murieron en un enorme esfuerzo por salvar la nave. El portaaviones, lleno de perforaciones por las bombas que estallaron, tuvo que viajar a Estados Unidos para ser reconstruido. Habría que revisar lo que entonces se publicó y el enfoque sobre el tema.

McCain pasa después a otro portaaviones de tipo convencional en los mismos mares, con idéntico objetivo. Cada una de las autodefiniciones del autor deben observarse.

"El 30 de septiembre de 1967, me reporté al Oriskany y grupo VA-136, que era un escuadrón de ataque de A-4 y respondía al sobrenombre de ‘Los Santos’. Durante los tres años que duró la Operación Trueno Rodante —campaña de bombardeo al norte de Viet nam que comenzó en 1965—, ningún piloto de portaaviones vivió más acción o sufrió más pérdidas que los del Oriskany. Cuando la administración Johnson dio por concluida la Operación Trueno Rodante, en 1968, treinta y ocho de sus pilotos habían sido muertos o capturados. Se habían perdido sesenta aviones, incluyendo veintinueve del modelo A-4. ‘Los Santos’ sufrieron la más alta tasa de bajas. En 1967, un tercio de los pilotos del escuadrón fue muerto o capturado. Cada uno de los quince A-4 que pertenecían originalmente a este grupo había sido destruido. Nosotros gozábamos de una reputación por nuestra agresividad y por el éxito que alcanzábamos en nuestras misiones. En los meses que antecedieron mi llegada al escuadrón, ‘Los Santos’ habían destruido todos los puentes de la ciudad portuaria de Haiphong."

"Al igual que todos los pilotos de combate, nosotros mostrábamos una indiferencia casi macabra hacia la muerte, que encubría una gran tristeza en el escuadrón y que se hacía más profunda a medida que aumentaba nuestra lista de bajas.

"Volábamos hacia nuestro próximo ataque con la determinación de hacer el mayor daño posible.

"Yo estaba a punto de lanzar mis bombas cuando la alarma del avión sonó.

"Sabía que me habían dado. Mi A-4, que volaba a una velocidad cercana a las 550 millas por hora, se precipitó violentamente a tierra haciendo giros en espiral."

"Reaccioné automáticamente en el momento luego del impacto, y vi que mi avión había perdido un ala. Comuniqué mi situación por radio y activé la palanca de expulsión de emergencia del asiento."

"Choqué con parte del avión, rompiéndome mi brazo izquierdo, mi brazo derecho en tres partes y mi rodilla derecha. Quedé inconsciente por un breve instante debido a la fuerza de la expulsión. Algunos testigos afirman que mi paracaídas apenas se abrió momentos antes de caer en las aguas poco profundas del Lago Truc Bach. Toqué tierra en medio del lago, en el centro de la ciudad, a plena luz del día."

"Mi padre no era muy dado en cuanto a pelear guerras con medidas a medias. Él consideraba la auto-contención como una admirable cualidad humana, pero cuando se pelean guerras el creía en tomar todas las medidas necesarias para traer el conflicto a una conclusión rápida y exitosa. La guerra de Viet nam no fue rápida ni exitosa y sé que esto lo frustró bastante."

"En un discurso que pronunció después que se retiró, expresó que ‘dos decisiones deplorables’ habían condenado a los Estados Unidos a fracasar en Viet nam: "La primera fue la decisión pública para prohibir a las tropas estadounidenses entrar en el norte de Viet nam y derrotar al enemigo en su propio suelo... La segunda fue... prohibir el bombardeo de Hanoi y Haiphong hasta las dos últimas semanas del conflicto...".

"Estas dos decisiones se combinaron para permitirle a Hanoi adoptar cualquier estrategia que quisiera, sabiendo que virtualmente no habría represalias, ni contraataque".

"Cuando los vietnamitas del norte lanzaron una ofensiva de primera importancia en diciembre de 1971, en un momento en que las fuerzas de Estados Unidos en Vietnam habían sido reducidas a 69 000 hombres, el Presidente Nixon finalmente le indicó a mi padre minar Haiphong y otros puertos del norte de manera inmediata. La Administración Nixon prescindió mucho de la microdirección de la guerra que le había prestado tan mal servicio a la Administración de Johnson, particularmente las absurdas restricciones de objetivos impuestas a los pilotos de los bombarderos estadounidenses".

"Las relaciones entre los comandantes militares y sus superiores civiles mejoraron cuando el Presidente Nixon y el Secretario de Defensa Melvin Laird asumieron el cargo. La nueva administración evidentemente estaba más interesada y apoyaba los puntos de vista de los generales y almirantes que llevaban a cabo la guerra. Mi padre tenía una buena relación con ambos, Nixon y Laird, así como con Henry Kissinger, el Consejero de Seguridad Nacional del Presidente".

No oculta sus sentimientos cuando habla de las víctimas de los bombardeos. Sus palabras destilan profundo odio.

"En abril de 1972 nuestra situación mejoró mucho más, cuando el Presidente Nixon reinició el bombardeo de Viet nam del Norte y bajo las órdenes de mi padre empezaron a caer sobre Hanoi las primeras bombas desde marzo de 1968. La Operación Linebacker, como se llamó a esa campaña, trajo a los B-52 a la guerra, con su enorme carga de bombas".

"La angustia que habíamos sufrido antes de 1972 se empeoró por el miedo que teníamos de que Estados Unidos no estuviera preparado para hacer lo que era necesario para dar término a la guerra de un modo razonablemente rápido. No podíamos divisar en el horizonte el día que la guerra iba a terminar. Aunque usted haya apoyado la guerra o se haya opuesto a ella —conocí varios presos que defendían la última posición— nadie creyó que la guerra debió haber sido llevada a cabo del modo en que lo hizo la administración Johnson".

"Los B-52 aterrorizaron Hanoi durante once noches. Venían oleada tras oleada. Durante el día, mientras los bombarderos estratégicos eran reamunicionados y reabastecidos de combustible, otros aviones iban al asalto. Los vietnamitas comprendieron."

"Nuestros oficiales superiores sabiendo que este momento era inminente, nos habían advertido que no mostráramos ninguna emoción cuando el acuerdo se hiciera público."

Destila odio hacia los vietnamitas. Estaba dispuesto a exterminarlos a todos.

"En el momento en que llegó el fin, con la firma en París de los acuerdos de paz, mi padre se había retirado del servicio activo. Ya sin las restricciones de su papel como subordinado a superiores civiles, desestimó el acuerdo. ‘En nuestra ansiedad por salir de la guerra, firmamos un acuerdo muy malo’, dijo."

En estos párrafos está reflejado el pensamiento más íntimo de McCain. Lo peor se produce cuando cede a la idea de hacer una declaración contra la guerra llevada a cabo por su país. Eso no podía dejar de mencionarlo en su libro. ¿Cómo lo hace?

"Él (su padre) había recibido un informe de que una transmisión propagandística grandemente editada que se pretendía había sido hecha por mí, había sido analizada y la voz comparada con la grabación de mi entrevista con el periodista francés. Las dos voces fueron identificadas como la misma. En los días de angustia justo después de mi confesión, temía que esto fuera descubierto por mi padre.

"Después que regresé a casa, él nunca me mencionó que sabía acerca de mi confesión y, aunque le conté al respecto, nunca lo discutí con profundidad. Sólo hace poco supe que la cinta que soñé haber oído a través del altoparlante en mi celda había sido real, había sido transmitida fuera de la prisión y había sido conocida por mi padre.

"Si hubiera sabido del momento en que mi padre había oído mi confesión, me hubiera angustiado más de lo que se pudiera imaginar y no me hubiera recuperado de la experiencia tan rápido como lo hice. Pero en los años que han pasado desde ese suceso, mi estima por mi padre y por mí mismo ha madurado. Comprendo mejor la naturaleza del carácter fuerte.

"Mi padre fue un hombre lo suficientemente fuerte para no juzgar demasiado duro el carácter de un hijo que había alcanzado sus límites y descubrió que estos eran pequeños para los estándares de los héroes idealizados que nos han inspirado cuando niños."

No por eso lo critico. Sería despiadado e inhumano hacerlo. No es el objetivo. Se trata ahora de la necesidad de desenmascarar una política que no es individual, sino compartida por muchas personas, ya que la verdad objetiva siempre será difícil de comprender.

¿Ha pensado alguna vez McCain en los Cinco Héroes antiterroristas cubanos que fueron encerrados en prisiones solitarias como las que él dice detestar, obligados a comparecer ante un jurado de La Pequeña Habana por delitos que nunca cometieron, sancionados tres de ellos a una y hasta dos cadenas perpetuas, y los otros dos a 19 y 15 años?

¿Conoce que las autoridades de Estados Unidos recibieron información que pudo impedir la muerte por terrorismo de ciudadanos norteamericanos?

¿Conoce las actividades de Posada Carriles y Orlando Bosch, responsables de la voladura de un avión cubano de pasajeros en pleno vuelo y la muerte de sus 73 ocupantes?

¿Por qué no les habla de eso a los cadetes de Annapolis?

Los héroes cubanos están próximos a cumplir ya 10 años de prisión. No han asesinado ni torturado nunca a nadie. No los acuse ahora de que estaban en Viet nam torturando a pilotos norteamericanos.

Conozco lo declarado por usted en la escuela donde se graduó como cadete. Le agradezco su noble deseo de no responderme para no dignificarme. La única lamentable confusión —y no ha sido la intención de algunas agencias que transmitieron la primera reflexión sobre el tema— es que yo pedí pruebas. No se puede probar lo que nunca ocurrió. Pedí ética.

Continuaré.

Fidel Castro Ruz
12 de febrero de 2008
7 y 26 p.m.